El chayote y cómo preparar las tres variedades más conocidas en México

La palabra Chayote proviene del náhuatl “hitzayotli”, que significa calabacita espinosa. La hortaliza genera un fruto abundante en agua y sumamente carnoso, sus colores varían entre los verdes y las texturas que ofrece son diversas, desde rugosos hasta lisos sin espinas.

Por Pamela Trejo.

Desde tiempos precolombinos se tiene información de este fruto, pero se sabe muy bien que en la época prehispánica se encontraba de manera silvestre y era utilizado por los habitantes en este tiempo debido a la gran cantidad de agua que contiene el fruto.

El naturalista europeo Francisco Hernández, quien vivió en México durante los siglos XV y XVII, como se menciona en el libro del Grupo Interdisciplinario de Investigación en Sechium edule en México, es uno de los primeros en informar sobre la existencia del chayote en diferentes escritos, denotando la importancia de este producto que sigue persistiendo en la cultura alimentaria del país. Es originario de México y Centroamérica; se sigue consumiendo y produciendo en todas las partes de la Republica Mexicana.

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Tipos de Chayotes  

Los tipos de chayote más reconocidos en nuestros país son tres, sin incluir los chayotes silvestres que siguen presentes en nuestras regiones. Pero los que más se consumen dentro de nuestro país son las siguientes variedades.

Chayote común

Es de color verde y liso, la piel es delgada y la pulpa tiene un tono verde blanquesino. Esta variedad la podemos encontrar durante todo el año en los mercados y supermercados; esto habla de la importancia en nuestras tradiciones alimentarias. Éste es el más utilizado en la cocina, se hierven y se preparan con él diversos platillos como: sopas, pucheros, fritos, capeados, a la mexicana, en ensaladas y hasta en aguas frescas.

Foto de cocinadelirante.com.

Chayote Erizo

Este chayote es de un color verde profundo, o como bien lo llamamos, verde bandera (de México). La textura por fuera es rugosa y tiene unas espinas bastante duras que en definitiva pueden provocar un pinchazo en el dedo; por dentro es verde claro y gracias a su piel dura esta variedad se utiliza principalmente para hacer platillos rellenos como: chayote relleno de queso o carne molida o bien, existe en Chiapas un postre muy tradicional llamado chancletas.

Foto de gastronosfera.com.

Chayote Amarillo  

Esta variedad es la menos utilizada en el centro del país y es un poco más compleja de encontrar en los mercados. Su color, como bien se expresa, es de un tono amarillento pálido; en el interior los colores son blancos casi transparentes. Este Chayote lo han ocupado más en las regiones que siguen arraigadas a sus costumbres, pero también los chefs han vuelto a poner este fruto a la mesa, principalmente en ensaladas o asados para que así podamos observar sus características.

Foto de blog.puertoricoproduce.com.

Otros usos

Como bien nos han dicho nuestras mamás, aquí nada se desperdicia y esto ha retumbado en nuestros oídos y tradiciones alimentarias a lo largo del tiempo; Con el chayote pasa lo mismo, aparte de todos los platillos antes mencionados que se hacen con la pulpa, los otros elementos de esta planta también son utilizables dentro de nuestra cocina; las guías que sostienen los frutos del chayote se ocupan para hacer sopas y pucheros o ensaladas, la raíz o mejor conocido como Chinchayote se ocupa para hacerlos empanizados o bien para crear harina; este producto en Michoacán se llama Chayotextle y la utilizan para espesar los guisos o los atoles.

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Existen muchas maneras de preparar este ingrediente, depende de la región se le da un uso muy especifico. Estos productos provienen de nuestra tierra y nos acercan a nuestras tradiciones alimentarias.

¿Cómo preparas tu el chayote?