En México, el comino se popularizó con la llegada de los españoles que la usaban para preparar la morcilla y otros platillos, integrándose a la gastronomía local.
Según el Diccionario Gastronómico Larousse Cocina, el comino es una semilla de la planta con el mismo nombre, muy utilizada como especia en México. Estas semillas llegaron a través de las Islas Canarias, tienen un formato oblongo, tamaño pequeño (5 mm de largo), color pardo y mucho aroma. Son originarias de Egipto y la región mediterránea y se usa como condimento en adobos, mole y guisos de carne de cerdo, res o pollo. También se usa en la península de Yucatán para preparar los recados.
Por Miriam Carmo
Los condimentos aromáticos secos no aportan realmente a la nutrición porque se consumen en pequeñas cantidades, pero tienen algunos beneficios. En cuanto a macronutrientes es rico en carbohidratos y fibra al conyugarse con grasas saludables y proteína.
El aporte de micronutrientes ayuda a alcanzar las cantidades recomendables de vitaminas y minerales esenciales: potasio, fósforo, magnesio, hierro y calcio vegetal. El hierro da fuerza al sistema inmunológico aumentando las defensas y ayudando a combatir la anemia.
En cuanto a las vitaminas nos proporciona vitamina A, vitamina E y C antioxidantes y es fuente de fitoesteroles. Sus principales beneficios son dar aroma y sabor a los alimentos sin sumar calorías, grasas saturadas, azucares o sal, reduciendo el uso de salsas o condimentos poco saludables. Ayuda a la digestión de comidas grasosas que para los intestinos son difíciles de procesar y que pueden originar flatulencia reduciendo la hinchazón.
En México se popularizó con la llegada de los españoles que la usaban para preparar la morcilla y otros platillos, integrándose a la gastronomía local. Los pueblos indígenas la molían en molcajetes despertando su aroma y sabor y la usaban en los platillos virreinales, siendo consideraba característica de la cocina mexicana. Es usada actualmente también en países árabes y asiáticos, por ejemplo, en la India donde lo sirven al terminar la comida o cena para facilitar la digestión.
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En la gastronomía mexicana existen varios platillos que se preparan con este ingrediente: chimichangas, cortadillo y tamales en el norte del país. En moles, chalupas, arroces, enchiladas, tacos, carne enchilada estilo Veracruz, asado de puerco, picadillo, caldo de pollo, albóndigas, pozole, chicharrón con nopales, barbacoa de res, lentejas, pambazos. También se usan para preparar mixiote, birria, hígado encebollado, pescado empapelado, sopa de habas o cochinita pibil.