La cena de fin de año conmemora el cierre de un ciclo y el inicio de uno nuevo. Esta cena es fundamental y se celebra con el tradicional brindis. Una costumbre que se mantiene hasta que suenan las 12 campanadas para dar la bienvenida al año nuevo.
Sin embargo, tanto el brindis como otras costumbres pueden variar según el país, la cultura e incluso la religión. Por eso, hoy exploraremos el origen de las cenas de fin de año y cómo llegamos a celebrarlas cada 31 de diciembre.
Por Mariana Frias
Origen de la cena de fin de año
Cada persona celebra la llegada del nuevo año a su manera, aunque prácticamente en todo el mundo se festeja de alguna forma. Esto lo convierte en una ocasión de celebración y alegría compartida.
La primera celebración de fin de año se remonta a Mesopotamia, alrededor del año 2000 a.C. En ese entonces, esta festividad tenía lugar entre los meses de marzo y abril. Esto marcaba el inicio de las nuevas cosechas. Tanto el inicio de la primavera como la primera luna creciente marcaban el comienzo de una de las festividades más importantes en Mesopotamia, conocida como Akitu.
Esta celebración tenía como propósito la renovación para dar la bienvenida al nuevo año. Durante doce días, se llevaban a cabo ceremonias en el templo Esagila, que era el hogar del dios Marduk. Durante este periodo, se realizaban rituales en busca de campos fértiles y un año económico próspero.
Así, se organizaban procesiones y banquetes, en los que los habitantes recibían regalos y disfrutaban de abundante comida. Además, esta tradición ofrecía la oportunidad de disfrutar de bebidas, participar en rituales con sustancias psicoactivas y practicar el sexo, sin tener en cuenta el estatus social o la religión de las personas.
Sin embargo, en el año 46 a.C., el emperador Julio César decidió que el 1 de enero sería la fecha para celebrar la entrada del nuevo año. La razón detrás de esta decisión radicaba en la falta de constancia en los ciclos de la Luna.
Esto provocaba que las estaciones se desfasaran en el calendario mesopotámico, por lo que el emperador encomendó a astrónomos como Sosígenes la creación de un nuevo calendario solar. Este fue conocido como el calendario juliano en honor al dios Janus, que simboliza los comienzos.
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A partir de entonces, el 1 de enero se convirtió en la fecha designada para dar la bienvenida al nuevo año. Además, las Saturnales, una festividad en honor a Saturno, el dios de la agricultura, se convirtieron en una mezcla de celebración navideña y carnaval.
Regalos, banquetes y bebidas eran solo una parte de lo que podías encontrar en esta festividad, que era financiada por el estado y se centraba en ofrecer la mejor de las celebraciones desde el 17 hasta el 23 de diciembre.
Año nuevo en la actualidad
Sin embargo, el desenfreno que caracterizaba a las Saturnales llevó a su reemplazo en la tradición cristiana por la celebración de la Navidad. Las Saturnales, en ese tiempo, eran consideradas festividades de excesos.
El Concilio de Tours, en respuesta a esto, instituyó tres días de ayuno en el Año Nuevo. Esta tradición cristiana se mantuvo hasta que el Papa Gregorio XIII reformó el calendario. Creando el calendario gregoriano, y estableció definitivamente el 1 de enero como el inicio del año.
Así, las cenas de fin de año comenzaron a celebrarse a partir del siglo XIX en diversos lugares. Ya sea en hogares, restaurantes o bares. En estos lugares se suelen servir comidas típicas de la temporada o platillos tradicionales de la región en la que se celebra la festividad.
Estas cenas suelen ir acompañadas de bebidas, ya sean alcohólicas o no, y los invitados asisten con sus mejores galas. Además de las cenas, muchas personas en todo el mundo suelen llevar a cabo rituales antes o después de la cena para recibir el año nuevo de la mejor manera posible.
Y tú, ¿cómo festejas la cena de fin de año? ¿Tu familia tiene algún ritual muy especial?
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