La popular serie muestra la vida de las familias canadienses de finales del siglo XIX, incluyendo las costumbres de su alimentación.
Anne with an E, la exitosa serie canadiense que fue transmitida por CBC entre el 2017 y el 2019 y que ahora está disponible en Netflix, ofrece mucho más que personajes entrañables e historias inspiradoras: una mirada a la vida cotidiana de las familias canadienses de finales del siglo XIX. Lo único que tenemos que hacer para aproximarnos a esa perspectiva es poner atención a la cocina de Anne.
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La serie, basada en las novelas Anne of Green Gables de Lucy Maud Montgomery (que por cierto tiene libro de recetas, con preparaciones, como: “sándwiches de una poética ensalada de huevo” o “el cordial de frambuesa favorito de Diana Barry”), y adaptada para televisión por la productora, escritora y ganadora del Grammy Moira-Walley Beckett, cuenta la historia de Anne, una huérfana, intensa y apasionada, que es adoptada por los hermanos Matthew y Marilla Cuthbert.
La serie se desarrolla en el pequeño pueblo de Avonlea, en la Isla del Príncipe Edward; la historia de la isla está íntimamente ligada a las costumbres alimentarias: la agricultura era –y sigue siendo- uno de los principales recursos.
Como refleja la serie, casi todas las familias vivían en granjas, y todos los integrantes tenían que participar para producir. Las mujeres se encargaban del trabajo doméstico además de plantar, cosechar, cuidar de los jardines y huertos, secar y almacenar los insumos y de hacer mantequilla, queso y recolectar los huevos; en la serie, vemos a Anne y a Marilla realizar estas actividades. Los hombres, por su parte, se dedicaban, también, al cuidado de los cultivos y además de supervisar el ganado.
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A las mujeres también les tocaba la preparación de los alimentos para el día a día y para las ocasiones especiales. La alimentación estaba completamente basada en los productos para autoconsumo: los quesos y la leche que Anne lleva a la escuela provenían del ganado del a familia; los huevos, la mantequilla y las conservas del desayuno también eran producidos y recolectados por Anne y Marilla.
A los Cuthbert les tocó, afortunadamente, una época menos difícil que a sus antepasados. Para ese momento, los agricultores ya producían para su propia subsistencia y podían exportar los excedentes. Incluso, el mercado ya estaba abierto para comerciar con los Estados Unidos.
Por supuesto, las economías familiares seguían siendo muy frágiles: el naufragio de un barco en donde viajaban las cosechas de los Cuthbert pone en evidencia la importancia que la venta de los productos tenía para las familias.
La producción de Anne with an E se preocupó por darle veracidad histórica a la serie: el juicio moral respecto al alcohol, las fiestas de té -evidentemente heredadas de la tradición británica- los almacenes para las especias y otros productos secos y, sobre todo, el consumo de
autosubsistencia, sí eran así en esa época.
Como conclusión, sepamos bien que el acercamiento a otras épocas y costumbres alimentarias no está sólo en los libros de historia.