El vino mexicano cada vez resuena más en el mundo. Una muestra de ello fue elección de Baja California para la celebración de la edición 43 del Congreso Mundial de la Viña y del Vino. Viajamos hasta el norte del país para presenciarlo desde su arranque, y esto es un poco de lo que descubrimos estando allá.
¿En qué consistió el Congreso Mundial de la Viña y del Vino?
México es un país que tiene 500 años de experiencia en la cultura vinícola; no obstante, ésta se remonta a tiempos prehispánicos en los que los indígenas ocupaban las vides para crear diversas bebidas a las que les agregan frutas y miel. Hoy en día, en Baja California y Coahuila Porras se ubican las bodegas más antiguas del continente.
Para homenajear al vino se llevó a cabo en México, por segunda ocasión como sede, la 43 edición del Congreso Mundial de la Viña. Fuimos a numerosas de sus actividades, que se llevaron a cabo en el Centro de Convenciones Baja California Center.
Éste es uno de los eventos enológicos más importantes de la industria mundial del vino. Éste tiene como fin promover, exponer el talento que existe en este ámbito y lleva realizándose por más de 97 años. Solo alguna vez tuvo que suspenderse y fue porque estaba en curso la Segunda Guerra Mundial.
Algunos de los países que siempre tienen representación en él son República Checa, Portugal, España, Alemania, Francia, Nueva Zelanda e Italia, Estados Unidos, Chile, Australia, Argentina, Sudáfrica, Alemania y Portugal. Nuestro país, por supuesto, nunca ha faltado.
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El Congreso cada año se celebra en alguno de los 48 países afiliados a la Organización Internacional de la Viña y el Vino. En esta ocasión, fuimos sede debido a la relevancia que ha cobrado el vino mexicano en el mundo.
Actualmente, Baja California es el estado encargado de más del 70% de la producción vinícola nacional. Además posee riquezas culturales, geográficas y gastronómicas que pudimos conocer de primera mano.
Una industria en ascenso
En México se producen casi cuatro millones de cajas de vino al año, en 15 estados productores. Si se cuidan las hectáreas de cultivo de uva y se respeta el medio ambiente, expertos aseguran que esta cantidad se puede incrementar.
Hans Backhoff, presidente del Consejo Mexicano Vitivinícola, comentó que la uva y el vino nacional son un motor de desarrollo y bienestar que otorga más de 500 mil puestos de trabajo, por lo tanto lo convierten en la segunda fuente de empleos en el sector agrícola mexicano.
Los asistentes pudieron disfrutar de talleres, conferencias y catas dirigidas por expertos en la materia. Los temas centrales de este año fueron cambio climático, sustentabilidad y mercado post covid. LA cuestión ambiental fue muy importante, ya que es notorio que el agua y el cambio de clima se están convirtiendo en un reto mundial.
En México se destina una superficie de 35 mil hectáreas a la uva, de las cuales se obtiene un aproximado de 452 mil toneladas de uva; lo mismo uva pasa, uva mesa, uva vino, uva para jugos y uva brandy.
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La nueva era del vino mexicano
Desde el 2017, la venta y el consumo del vino mexicano ha crecido. Hoy en día es una de las bebidas favoritas de nacionales y extranjeros. Además, durante la pandemia su venta aumentó. En los últimos años se ha convertido y respetado como un fenómeno cultural mundial, por lo tanto se está creando un programa de educación para que se valore su historia y proceso del producto.
Paz Austin, directora general del Consejo Mexicano Vitivinícola, dió a conocer la participación de 22 enólogos y 23 compañías vinícolas de todas las regiones productoras de vino nacional. En el congreso se impartieron 20 recorridos por viñedos mexicanos en donde se mostraron las innovaciones que México está realizando en sus tierras.
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