Su origen es incierto, pero su sabor es querido por muchos. La beermosa es la prima hermana cero pretenciosa de la mimosa. Su composición es sencilla: ¼ de jugo de naranja y ¾ de una buena cerveza fría.
Por: Daniela Juárez
Cuando se trata de la hora favorita de los verdaderos foodies – el brunch – un trago fresco se hace imprescindible. El mediodía toca el reloj y el consumo de alcohol se vuelve socialmente aceptable. A algunos les importa a otros no, pero lo que es verdad es que una beermosa no puede faltar.
La clásica mimosa, elaborada con Champagne o vino espumoso y jugo de naranja, tiene una larga tradición e historia de estar en copas de altura y tallos finos, siempre a la mano de aquellos y aquellas que usan gafas de sol sin importar si el día es fresco, soleado o nublado. Esta combinación de Champagne y jugo de naranja se posicionó en la élite desde temprana edad. Por ello, un twist refrescante con los pies en la tierra era necesario para añadir al repertorio de burbujas, y así llegó la aclamada beermosa.
Cerveza y naranja
Para disfrutar de este brebaje son necesarios dos ingredientes: una cerveza fría y jugo de naranja, de preferencia recién exprimido. Si eres fanático de los tragos para alivianar las tardes calurosas, añade éste a tu lista pues no hay mejor remedio que un sorbo de esta bebida burbujeante.
La selección de cerveza para realizarlo es de gusto personal, pero la recomendación es que busques una cerveza ligera y con notas herbales. Un estilo lager o cervezas hechas a base de trigo son las que le pueden aportar más frescura a tu beermosa. Si te gusta el lúpulo, es decir, perfiles más amargos, las cervezas estilo IPA, NEIPA y derivados serán un deleite para esta creación. Aunque será un trago más pesado y deberás poner atención a los perfiles de la chela que elijas, pues estos estilos suelen tener aromas y sabores tropicales que tal vez interfieran con el sabor del jugo de naranja.
La creatividad es infinita y este trago es prueba de ello, pues nace de la necesidad de algún amante cervecero por darle un giro a lo establecido.
Tú también te puedes poner creativo y echarle un dash de algún otro jugo que pueda sumar intensidad. Por ejemplo, si eliges una NEIPA que tiene mango, maracuyá o algún otro fruto añadido, agrégale a tu beermosa una pequeña cantidad del jugo de la misma fruta; así crearás un balance y resaltarás los perfiles de la chela.
Termina siempre tu copa chelera con una rodaja de naranja, piña, toronja, etc. Un bocado de fruta fresca te dará textura, jugosidad y realzará tu experiencia alrededor de la beermosa. ¡A disfrutar!