El pisco es la bebida de Perú. Su legado enriquece la experiencia de viajar al destino. El destilado es rico en sabor, cultura, tradiciones e historia.
El pisco es la bebida bandera de Perú. Su legado, tradición e historia enriquece la experiencia de viajar por este destino.
Este destilado, sin lugar a duda, es un orgullo para la nación andina, pues no solo es rico en sabor, sino también en cultura, tradiciones e historia.
Su nombre proviene de un puerto y valle llamado Pisco, ciudad al sur del Perú desde donde se embarcó este destilado para ser enviado por primera vez a España en el siglo XVI. Su nombre no solo transmite un sabor intenso y original; también hace alusión al vocablo quechua Pisccu, que significa ‘ave’.
Este destilado ha demostrado ser una bebida multifacética y de carácter universal, dispuesto a satisfacer a los gustos más exigentes, lo que lo convierte en un must al visitar este país. Por ello a continuación cinco experiencias de viaje a través del pisco:
Ubicado en Ica a 4 horas de Lima. Este hotel de lujo de tradición peruana cuenta con alrededor de 400 hectáreas de viñedos de las marcas Santiago de Queirolo e Intipalka. En su mapa de rutas, las personas pueden tomar actividades con dificultad media o alta como bicicleta, running y trekking de 3.5 kms. o 8 kms. A su vez, ofrecen actividades relacionadas como catas de pisco, talleres de maridajes y una espectacular vista a sus viñedos.
También en Ica, se caracteriza por su infraestructura moderna y vanguardista relacionada al pisco, a pesar de ser una de las bodegas más antiguas (1684), de lo cual conserva su principal ambiente de destilado. Dicha hacienda produce el pisco Portón, para lo cual cuenta con 52 hectáreas de uvas pisqueras y una capacidad de producción aproximada de 2.5 millones de litros de pisco al año. En su hotel boutique tiene 5 bungalows familiares, se hacen catas de pisco y shows de bailes peruanos.
Con restaurantes y bares en Lima, Cusco y Arequipa es una buena alternativa para probar los mejor de la coctelería peruana a base de pisco, así como tener clases de pisco a través de catas.
Este restaurante – bar, ubicado en el turístico distrito de Miraflores, ofrece catas de pisco, así como almuerzos y cenas maridajes, departidas por el mixólogo Ricardo Carpio, además de una buena selección de piscos artesanales.
Ubicada en el valle de La Joya, a un poco más de una hora de la ciudad de Arequipa. Dicha bodega destila un muy buen pisco y ofrece visitas guiadas, catas, así como almuerzos.
El pisco, a diferencia del vino, se destila antes de cumplir dos meses de fermentación, lo que le da un aroma inimitable y único. Este destilado se diferencia de cualquier otro proveniente de la uva, ya que para su creación se utilizan las llamadas “uvas pisqueras”, las cuales se clasifican en dos grandes grupos: no aromáticas, que comprenden las quebranta, mollar, negra criolla y uvina; y las aromáticas: italia, moscatel, torontel y albilla.
Una manera de distinguir el pisco es a través de su sabor. El pisco puro se obtiene de una sola uva pisquera. El pisco mosto verde se obtiene de la destilación de mostos frescos de uvas pisqueras con fermentación interrumpida, y el acholado, mezclando diferentes uvas pisqueras.
Si bien se puede disfrutar de esta bebida sola, existen diferentes cocteles para complacer a los paladares más exigentes. Entre los más famosos encontramos el pisco sour. La perfección de esta bebida se consigue gracias a la mezcla del ácido del limón, la clara de huevo, el dulce del jarabe de goma y por supuesto un buen pisco. Por otro lado, el chilcano de pisco, por su fácil preparación, se comenzó a hacer popular en bares para más tarde incorporarse como protagonista infalible en la carta de los restaurantes más exclusivos de Perú.
Otras maneras de preparar este destilado son a través del Pisco Punch, un mítico coctel creado por Duncan Nicol en la ciudad de San Francisco a fines del siglo XIX. Este lleva, además del pisco, jarabe de goma, zumo de piña y de limón. Otro clásico es el Capitán, cuya historia se remonta a la década de 1920 en la sierra de Puno, donde los capitanes del ejército, tras hacer sus rondas nocturnas, solicitaban en la cantina su combinación preferida: vermouth y pisco.