La montaña de piedra caliza blanca Sainte-Victoire que domina la ciudad de Aix-en-Provence fue tema frecuente de las obras de arte del pintor postimpresionista Paul Cézanne. Un pintoresco sendero une su hogar de la infancia, Jas de Bouffan, y su antiguo estudio, Atelier Cézanne, sumergiéndonos en el mundo de su arte. Una ciudad repleta de cultura e historia, Aix-en-Provence en Francia tiene un encanto único y sublime.
Por Melanie Béard.
Entre los coloridos edificios y animadas plazas de Aix-en-Provence se encuentra una casa provenzal del siglo XVIII, majestuosa y de elegancia clásica: Villa Gallici.
Este lujoso hotel Baglioni es miembro de Relais & Châteaux, una mágica colección de joyas hoteleras que nos empapan en historia y sumergen en cultura alrededor del mundo. Baglioni Hotels fue fundada en 1974 cuando Roberto Polito construyó su primer establecimiento en Punta Ala, en la Toscana, el Baglioni Resort Cala del Porto, trabajando con su esposa Lisa para desarrollar un concepto único de hospitalidad en términos de experiencia de vida: Un viaje inolvidable en estilo italiano, hecho de arte, moda, tradiciones, sabores, colores y detalles extraordinarios.
Villa Gallici es una expresión de esta increíble filosofía hotelera. Su arte, diseño y arquitectura nos transportan y hacen sentir como realeza, rodeados de belleza y de una infinidad de detalles que quedan plasmados en nuestra memoria.
Un sombreado jardín de siete acres con piscina nos invita a gozar del sol del sur de Francia, dejando nuestros ojos vagar por las preciosas fachadas del hotel, sus elegantes escaleras, sus esculturas y pinturas externas – todo en el corazón de la ciudad de Aix-en-Provence.
Una inmersión en el corazón de la Provenza implica probar los sabores de su cocina. A la hora del crepúsculo, mil velas encendieron la Villa Gallici, lo que le da a este ambiente tranquilo y seductor. Su reconocido chef, Christophe Gavot, nos cautiva los sentidos con una mezcla de sabores equilibrada, donde la tradición se combina con el exotismo y nuevas tendencias culinarias.
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En el restaurante La Villa Gallici los tonos dorados de las cortinas resaltan el brillo del arte de la mesa, jugando con los estampados clásicos de las grandes sillas de comedor que brillan durante el día en la luz de los enormes ventanales. Una joya para todos los sentidos, su exquisito menú típico francés nos introduce a la alta gastronomía de la zona, reconocida mundialmente.
Las habitaciones y suites del hotel están decoradas con una extravagante perfección en el estilo de “fantasía de gabinete provincial”. Están amuebladas con obras de arte históricas y cada una con un estilo diferente para que nuestra estancia sea siempre una experiencia nueva y diferente. Amplias, románticas, tranquilas, todas amueblado en puro estilo provenzal, las suites dan a un jardín privado lleno de la fragancia de la lavanda.
Aix-en-Provence, la ciudad del rey René de Anjou, no solo es conocida por sus golosinas gourmet calissons; entre calles estrechas, mansiones con fachadas barrocas, palacios, fuentes y pequeñas plazas que albergan pintorescos mercados, la ciudad es una colección de tesoros históricos y culturales. Uno de estos, el mas precioso de todos, es Villa Gallici, un portal a la historia y un mundo de refinamiento inigualable.
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