La amatriciana es una salsa italiana tradicional elaborada con guanciale, tomate y pecorino. Conoce su origen y cómo se prepara este plato emblemático.
La amatriciana es una salsa clásica de la cocina italiana, elaborada principalmente con guanciale (carrillera de cerdo curada), tomate y pecorino, que es un queso de oveja. Es conocida por su sabor intenso, resultado de la combinación de ingredientes simples pero profundamente sabrosos. Esta salsa es la protagonista de uno de los platos de pasta más icónicos de Italia, frecuentemente servido con bucatini o spaghetti.
El origen de la amatriciana está ligado a la ciudad de Amatrice, una localidad en la región de Lazio, en el centro de Italia. Este plato tiene sus raíces en una versión más antigua conocida como la gricia, que no incluía tomate y era un plato típico de los pastores que trabajaban en las montañas de esta región. La llegada del tomate a Italia en el siglo XVII marcó el nacimiento de la salsa amatriciana tal como se conoce hoy en día.
La ciudad de Amatrice, situada a las afueras de Roma, se ha convertido en sinónimo de este plato, y cada año celebra su herencia culinaria con festivales dedicados a la amatriciana. En el siglo XIX, la receta comenzó a ganar popularidad en la capital, y poco a poco se estableció como una de las salsas más representativas de la gastronomía romana.
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La amatriciana se distingue por el uso de ingredientes sencillos pero esenciales que definen su carácter:
La preparación de la amatriciana comienza con el guanciale, que se corta en tiras o cubos y se cocina lentamente en su propia grasa hasta que quede crujiente. A continuación, se añaden los tomates, que se dejan reducir junto con la grasa de las carrilleras, creando una salsa espesa y rica. Finalmente, se mezcla con la pasta cocida al dente, y el plato se sirve con una generosa cantidad de pecorino rallado.
Aunque la receta original es relativamente sencilla, existen pequeñas variaciones según la región o incluso la familia que la prepare. En algunas versiones se añade un toque de vino blanco durante la cocción del guanciale para desglasar la sartén y aportar un matiz adicional. También hay quienes prefieren un toque picante con la adición de chile.
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La amatriciana es parte de una trilogía de salsas romanas que también incluye la carbonara y la gricia. La carbonara se prepara con guanciale, huevo y pecorino, mientras que la gricia es una versión sin tomate que comparte muchos ingredientes con la amatriciana. Estas tres salsas comparten una base común, pero cada una ofrece una experiencia de sabor distinta.
La amatriciana es una salsa tradicional que captura la esencia de la cocina italiana: ingredientes de alta calidad, respeto por las tradiciones y un equilibrio de sabores profundo. Nacida en Amatrice y perfeccionada en Roma, este plato ha trascendido fronteras, siendo hoy un símbolo de la cocina italiana clásica.