Historia y origen del pato Pekín, un platillo milenario de la cocina china
El sabor distintivo del pato Pekín se caracteriza por la combinación de la piel crujiente y la carne jugosa
El pato Pekín, también conocido como pato a la pekinesa, es un plato tradicional de la cocina china que tiene sus raíces en la dinastía imperial de China. Su origen se remonta al siglo XIII, cuando la corte imperial de la dinastía Yuan introdujo la técnica de asar pato en horno de leña, un método que posteriormente se perfeccionó en la dinastía Ming.
El método de preparación del pato Pekín implica una serie de pasos meticulosos. Primero, se selecciona un pato especial de esa región, conocido por su piel fina y carne jugosa. Luego, se limpia y se infla con aire para separar la piel de la carne, creando así una capa crujiente al asar. Después, se cuece el pato en agua con miel y vinagre para darle un sabor único.
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Una vez cocido, el pato se cuelga para que se seque al aire durante varias horas, lo que contribuye a que la piel se vuelva aún más crujiente durante el proceso de asado. Luego, se unta con una mezcla especial de maltosa y se asa en un horno de leña hasta que la piel adquiera un color dorado y brillante.
Sabor tradicional y complementos
El pato Pekín se sirve tradicionalmente con finas crepes de trigo, salsa hoisin y julianas de cebollín y pepino. Para disfrutarlo, se coloca una porción de piel crujiente y carne tierna en una crepe, se añaden las guarniciones deseadas y se enrolla como un pequeño burrito.
El sabor distintivo del pato Pekín se caracteriza por la combinación de la piel crujiente y la carne jugosa, realzada por la dulzura de la salsa hoisin y la frescura de los vegetales. Esta deliciosa especialidad china es apreciada en diversas ocasiones, desde celebraciones familiares hasta cenas de negocios importantes.
A continuación, se presenta una receta simplificada para preparar pato Pekín en casa:
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Ingredientes:
- 1 pato (aproximadamente 2-2.5 kg)
- 4 cucharadas de miel
- 2 cucharadas de vinagre de arroz
- Sal al gusto
- 1 taza de maltosa
- Crepes de trigo
- Salsa hoisin
- Cebollín y pepino en julianas
Instrucciones:
- Limpie y infle el pato con aire para separar la piel de la carne.
- En una olla grande, hierva agua con miel, vinagre y sal. Cocine el pato en esta mezcla durante unos 10 minutos.
- Cuelgue el pato para que se seque al aire durante al menos 4 horas.
- Mezcle la maltosa con un poco de agua caliente y unte el pato con esta mezcla.
- Ase el pato en un horno precalentado a 200°C durante aproximadamente 1.5 horas, hasta que la piel esté dorada y crujiente.
- Sirva el pato con crepes de trigo, salsa hoisin y las guarniciones de cebollín y pepino.
Con esta receta, puedes disfrutar en casa del auténtico sabor del pato Pekín, una exquisitez culinaria que ha perdurado a lo largo de los siglos.