Para el chef Alfredo González, la cocina lo es todo. No obstante, su pasatiempo favorito es algo que nadie imaginaría, a menos que fuera muy cercano a él. En sus días libres del Antifine, el restaurante del que se encuentra a la cabeza, una de las cosas que más disfruta es ir a visitar mueblerías. En ellas busca muebles e inspiración. La razón: su casa es el lugar que más ama y, como tal, siempre buscar tenerla perfecta y bonita.
Cuando una silla, una cama o una lámpara se le meten a la cabeza a Alfredo González, no hay algo que se pueda interponer entre ella y la necesidad del chef de correr a sus mueblerías de cabecera.
Es algo que realmente disfruta mucho. Es algo que lo llena y, por consiguiente, que le da un sano respiro de sus rutinas en la cocina del restaurante que tiene en la colonia Roma, de la CDMX.
El amor por el hogar
El chef González siempre ha amado la idea de un hogar. Por eso se siente tan cómodo en el suyo. Por eso mismo esa sensación de cercanía y confort es lo que intenta transmitir en el Antifine.
Según cuenta, su hobby tiene tal significado para él, que merece una rutina muy específica. Cada que decide salir a relajarse y a darse nuevas ideas para su casa (e incluso para su restaurante), maneja a la mueblería que elija para empezar y pasa por un café. Luego del café puede venir todo lo demás.
Con vaso en mano, normalmente el chef Alfredo González camina hasta la mueblería y entra a curiosear un largo rato. Lo hemos acompañado en esta costumbre que lo hace tan feliz y constatamos que todo en su semblante cambia apenas ve un sofá o un taburete que le gusta.
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Verlo adentrarse en su mundo dar gusto. Su mirada se pierde entre alfombras, texturas de telas y hasta en la suavidad de cojines que encuentra a su paso. Alfredo camina viéndolo todo. Luego se detiene cuando algo llama su atención. Lo toca, lo evalúa o se sienta en él.
A veces se decide de inmediato y lo compra; otras veces, decide encaminarse a su próxima parada. Pero siempre encuentra algo que llevarse a casa.
Una cocina, que es la casa de Alfredo González
Siendo un hogar algo tan importante para él, sería imposible que ese sentimiento no inundara también la cocina de su restaurante.
La carta de comida y hasta de bebidas tiene muchos de los recuerdos de su infancia. Pero, incluso estando en el epicentro de la zona más trendy de la Roma, siempre llegan a la mesa con toques que le quitan cualquier formalidad que pudiera recordar a algo relacionado con alta cocina o con un establecimiento de manteles largos. El nombre del restaurante, por lo tanto, no es fortuito.
Para nuestro episodio de Behind the chef, el chef Alfredo González preparó un plato casero con el que le gusta desayunar en fin de semana o cuando regresa del gimnasio.
“Me preparo cosas que me recuerden un poco lo que es estar en casa. Estos huevitos estrellados sobre tortillas fritas y con salsa roja picante y queso encima, me los hacía mi mamá. Son recuerdos que atesoro mucho”, asegura.
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Fun fact
Si vas a Antifine, prepárate para comer todo con las manos. ¡Es una de las sugerencias de la casa!
Placeres culposos culinarios
- Las sopas Maruchan
- Comer con las manos
- A todo le pone limón
Semana a semana, la presión que implica operar un restaurante se libera en el caso de Alfredo González de esa manera: poniéndose cómodo, yendo a sus mueblerías favoritas y cocinando recetas que le recuerden a su mamá. ¿Ya te dieron ganas de ir a comer a su restaurante?
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