“Pobres Criaturas” es una película que te sumerge en un mundo de fantasía lleno de intrigas y secretos, donde la comida juega un papel importante en la narrativa. Ambientada en la Escocia del siglo XIX, esta historia gira en torno a la vida de Bella Baxter, interpretada por la actriz Emma Stone, una mujer cuya existencia se ve transformada por una serie de eventos inesperados.
La comida, un elemento omnipresente en la vida cotidiana de los personajes de Pobres Criaturas, refleja no solo la cultura gastronómica de la época, sino también sus relaciones interpersonales y el contexto social en el que viven. A lo largo de la película, se presentan diversos platillos que agregan profundidad y autenticidad a la trama, entre ellos el arenque, los pasteles de Belem, los ostiones frescos, el chocolatín y el faisán.
Arenque
El arenque, un pescado popular en la cocina escocesa, aparece en dos escenas cruciales. La primera es cuando Bella está aprendiendo a comer y probar diferentes alimentos, le sirven este pescado de desayuno y parece desagradarle o no saber comerlo. En otra, casi al final de la película donde comparte una cena íntima con el que fue su esposo, quien menciona es uno de sus platillos favoritos. Su presencia evoca una sensación de sencillez y familiaridad, a la vez que subraya la conexión entre los protagonistas en medio de la adversidad.
Pasteles de Belem en Pobres Criaturas
Los pasteles de Belem, dulces portugueses rellenos de crema pastelera y nata, hacen su entrada triunfal en una escena que resalta la influencia multicultural en la gastronomía de la época. Su exquisito sabor y textura sirven como metáfora de los placeres efímeros y las tentaciones que enfrentan los personajes en su búsqueda de felicidad y redención.
Para estas escenas, la actriz Emma Stone tuvo que comer más de 60 pastelillos, una situación que fue un reto para ella, pues el primero es delicioso pero al final, después de tantos, terminas con ganas de vomitar. En la película, la forma en que comen estos pastelillos hacen que se antojen a la vista y que hasta puedas imaginar su delicioso y dulce sabor.
Origen de los pasteles de Belem, el postre de Lisboa de “Pobres criaturas”
Ostiones frescos
Los ostiones frescos, delicados manjares del mar, son presentados en una lujosa escena de gala, donde los protagonistas se ven inmersos en un mundo de opulencia y ostentación. Su inclusión resalta las diferencias de clase y la brecha entre los ricos y los menos afortunados, mientras que su frescura simboliza la fugacidad de la riqueza y el poder. También es un manjar delicioso que Bella prueba por primera vez ante su paladar curioso.
El chocolatín en Pobres Criaturas
Bella, disfruta de un chocolatín, un pequeño placer indulgente, en momentos de intimidad y complicidad. Su dulzura y confort evocan una sensación de calidez y consuelo en medio de la incertidumbre y el caos que rodea su vida. Este pan surge en una escena donde Bella trabaja como prostituta en un hotel de París. El chocolatín y una taza de chocolate caliente reconfortan el corazón de la joven.
Faisán
El faisán, una exquisitez culinaria reservada para ocasiones especiales, simboliza el lujo y la extravagancia en una sociedad donde el privilegio y el estatus son codiciados. Su aparición en la mesa de los protagonistas marca un punto de inflexión en la trama, donde los secretos comienzan a desentrañarse y las verdades ocultas salen a la luz.
En conclusión, la comida en “Pobres Criaturas” no solo alimenta los cuerpos de los personajes, sino también sus emociones y sus relaciones. A través de estos cinco platillos emblemáticos, la película nos invita a explorar las complejidades de la condición humana y las fuerzas que moldean nuestras vidas.