Esta joya de la corona de la cocina francesa es deliciosa, untable y adictiva; así es el queso Camembert.
El verdadero origen del queso Camembert
Desde el siglo XVIII, este queso se comenzó a elaborar en Normandía, al norte de Francia. El Camembert de ésta región cuenta con Denominación de Origen y se conoce como Camembert Le Châtelain o Camembert de Normandie DOP.
Foto de Canva.
Sus inicios se remontan a la Revolución Francesa, cuando un sacerdote perseguido de la ciudad de Brie, encontró asilo en casa de Marie Harel.
Para agradecerle su hospitalidad, él enseñó a Marie el estilo del queso cremoso de su región natal.
Así que, su proceso de elaboración es una combinación original de las técnicas locales de producción de la región de Brie y el pintoresco Camembert.
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Características y cómo comerlo
Este queso se elabora de leche cruda de vaca y tiene un 45% de grasa. Su corteza es blanca gracias a la acción de un hongo conocido como penicillium candidum, y no debe estar cuarteada ni pegajosa.
Foto de Quesos de Europa.
Su centro es flexible, brillante y con pequeños agujeros de color amarillo pajizo. El centro flexible se puede fundir o suavizar con calor y comerlo sobre lo que quieras, ya sea un pan tostado, verduras, trozos de carne o frutos rojos.
La corteza (de sabor intenso a setas y tierra húmeda) se debe comer junto con el resto del queso, así que no le quites nada. La pasta es dulce, untuosa, y nos recuerda un poco a la mantequilla.
El balance entre pasta y corteza es lo que aumenta su complejidad, diferenciándolo de otros quesos de pasta suave.
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¿Cómo guardarlo correctamente?
Es importante que sepas guardarlo, ya que seguramente te has percatado que viene en un contenedor delgado de plástico, el cual antes era de madera muy delgada, éste es ideal para meterlo a tu refrigerador; al igual que con el Brie, el compartimento de los vegetales de tu refrigerador puede ser una bodega perfecta para guardarlo.
Foto de Quesos de Europa.
De Europa con Amour recomienda que si te gusta comerlo solo debes cortarlo en triangulitos o cuadrados, aunque también como organismo de promoción de los quesos europeos nos dicen que este queso francés va más allá de comerlo “literal” y lo puedes consumir como relleno cremoso de una tarta dulce o salada, como acompañante de un filete de pato o bien añadido en algún puré de papa o camote, ¡no hay límite!
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