Mónica Alcalde y Jorge Treviño, fundadores de BeHemp, fueron los primeros en traer hemp (o cáñamo) canadiense a México y comenzar a comercializarlo de forma legal en 2011.
Foto: Miguel Ángel Manrique y Miguel Gómez
A Mónica le gusta describir este proceso como “una historia de amor” que comenzó mirando un video y “ahora nuestro país está casi listo para sembrar y cosechar esta planta”.
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El hemp proviene de la cannabis sativa, la gran diferencia con la marihuana es su porcentaje de THC, que está por debajo del .3%, o sea, no provoca un efecto psicoactivo (no te pone a volar).
“Es un alimento 100% seguro, que puede ser consumido incluso por bebés y atletas de alto rendimiento, además de ser fuente de proteína para veganos”. Una forma de consumirlo es en aceite o como ingrediente de ensaladas y licuados.
Conforme Mónica y Jorge, entre sus beneficios, está: su valor nutrimental y su contenido de la llamada “grasa buena”, fibra y proteínas.
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Para ambos, sería un sueño que en cada casa hubiera un producto de hemp, ya que, además de consumirse como alimento, sirve para elaborar textiles, cuerdas, papel y hasta viviendas.
