Gloria al fuego, a la proteína y a la barriga contenta. Luis Serdio y Bernardo Bukantz nos enseñan que todos los antojos pueden hacerse realidad (más si son rostizados)
Bernardo Bukantz y Luis Serdio se conocieron en la cocina de Biko. Aquí, entre camotizas y experiencias, entablaron una amistad entrañable y les surgió la idea de arrancar un proyecto propio. Su primer paso fue, en 2013, con Primario, un food truck pionero del boom que tuvieron en CDMX, donde servían garnachas mexicanas muy gourmet. Tlayudas de lengua, gorditas de cangrejo o tlacoyos de pulpo son parte del menú de este camión del antojo, el cual sigue saciando los apetitos de quienes los encuentran en conciertos y festivales privados como el Corona Capital.
Fotos AlexVera, FotoGastronómica (Estudio especializado en fotografía gastronómica fija y en movimiento) Textos Fernanda Balmaceda
Del food truck pasaron a la mesa, con proyectos llenos de ingenio y sabor que hoy se saborean en Lonches Bravo, Salón Ríos y el rosticero Corazón de Pollo.
Lonches Bravo es una antojería en la colonia Cuauhtémoc, donde las tortas y sándwiches de antología son el pan de cada día. La torta de rabo de res estofado y la de huauzontle con queso y caldillo de hoja santa son de campeonato olímpico.
También tienen waffles y pan francés para el antojo mañanero; así como tostadas y cazuelas para chuparse los dedos, en compañía de una cervecita, vino, mezcal o agua fresca (las sirven en panalitos de mezcal y hay de hierbabuena con limón, horchata de papaya o jamaica con anís, ¡refrescantes y deliciosas!).
A quienes les gusta la fiesta y la atmósfera de cantina, Salón Ríos es de sus favoritos en la capital. Aquí todo se conjuga con delicia: ambiente, comida muy rica y diversidad social. Es una mezcla entre cantina tradicional y moderna, con una barra al centro muy bien montada y mesas cuadradas con portavasos. La comida es inmejorable: hay desde los taquitos de canasta, de carnitas y chicharrón prensado, con salsas tranquilonas hasta las que te sacan la lagrimita, barbacoa, chamorros, chalupitas y algunos antojos del mar como aguachiles, tacos y tostadas de pescados y mariscos. Ahora, los jueves además de echar el cantinazo puedes subir a El Babalú y quemar las calorías ingeridas con un buen bailongo de salsa. Felicidad al dos por uno.
Y para cerrar con broche de oro: Corazón de Pollo. Bernardo y Luis mandaron a hacer el rosticero que estelariza nuestra portada y estas páginas, el cual está construido en tres niveles y actúa con el poder de las brasas alimentadas por madera. En él pueden rostizar todo tipo de proteínas como pescados, aves y carnes, así como quesos y vegetales. La movilidad de esta maravilla, les permite llevarlo a eventos privados con reservación y muy pronto los encontrarás en uno de los barrios gourmet por excelencia. ¡Un proyecto que nos hace desearle larga vida al rostizado!
Ubicación: Kansas 38. Colonia Nápoles, Ciudad de México
Teléfono: 01 55 7155 3403