Por: Paulina Salgado
¿Te imaginas comer unos hot cakes o un espagueti blanco sin su toque de mantequilla? Seguramente no, ya que es un ingrediente que nos ayuda a sazonar nuestros postres y comidas.
Tipos de mantequilla
La mantequilla se puede clasificar dependiendo su denominación de origen o contenido de sal. Estas son las variedades que todo gourmet debe conocer:
- Mantequilla tradicional
Es la que encontramos en cualquier supermercado y contiene un 80% de grasa, el restante es agua y sólidos de la leche. Generalmente se puede encontrar su versión con o sin sal.
- Mantequilla de cultivo
Cuando una mantequilla es cultivada o de cultivo quiere decir que durante su elaboración se le agregan bacterias vivas antes de batirla y espesarla. Esto ayuda a la fermentación, y favorece a que la mantequilla tenga una mejor textura y sabor. La textura es más sedosa y el sabor es ligeramente más ácido. Esta mantequilla es muy popular en Europa.
- Mantequilla batida
Durante su proceso de elaboración la mantequilla de bate hasta que se infle y tenga hasta un 30% de aire. La textura suele ser más cremosa y ligera, generalmente se utilizan para untar en panes y pasteles ya que se extiende y derrite fácilmente
- Mantequilla compuesta
La mantequilla compuesta o condimentada es a la que se le agregan ingredientes para darle un sabor en específico y sirve para condimentar carnes y mariscos. Se puede hacer de forma casera y agregar sal, pimienta, ajo, hierbas aromáticas o jugo de limón, y también se pueden adquirir en su versión comercial.
- Mantequilla clarificada o ghee
Para obtener la mantequilla ghee se tiene que poner a punto de ebullición para quitarle los sólidos de la leche y el agua, para que lo único que quede en el recipiente sea la grasa saturada. Después de este procedimiento la mantequilla es más ligera, facilita la digestión y puede conservarse por más tiempo. Es muy popular en la cocina hindú y en algunas partes Asia.