Recorrer las calles de Bogotá es caminar en el tiempo, cada lugar te cuenta una historia diferente gracias a su diversidad cultural, arquitectónica y por supuesto gastronómica. El colorido de sus murales, las clásicas fachadas con detalles en madera, la elegancia de sus espacios universitarios y la mezcla entre lo colonial y lo moderno, hacen de la ciudad un mundo por descubrir.
Por: Fernanda Hernández @ferhernandez_v
Al ser mi primera vez en Colombia, estaba muy emocionada por probar todo (y lo digo en serio, pues cosas como la morcilla o las vísceras no es algo que estuviera en mi vocabulario culinario). Sin embargo, me aventuré y decidí darle oportunidad a varios platillos, que al final me ayudaron a descubrir estos cinco lugares.
Anótalos en tu lista y prepárate para conocer Bogotá a través de sus sabores.
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El Chato
Desde su apertura en 2015, este restaurante ha estado en la mira de foodies y sibaritas. Su cocina de técnica francesa con ingredientes colombianos muestra ese lado gourmet que pocos conocemos del país.
El lugar es sobrio y elegante, su barra a la entrada con luces tenues, crea un ambiente de intimidad; contrario a la parte superior, la cual emana vida y fiesta con el ir y venir de los platos saliendo de la cocina abierta.
Foto: El Chato Bogotá
Te recomendamos quitarte tapujos y probar sus corazones de pollo con papa criolla y las croquetas de morcilla, acompañadas de piquillos. Otro platillo imperdible es la panza de cerdo crocante, –sinceramente fue mi favorita– acompañada de vegetales y hongos criollos. Lo crocante del cerdo y el delicado sabor de la carne crean una fiesta de sabores únicos en tu paladar. De postre el chef nos deleito con un bizcocho de mambe, helado de limonaria y marshmallow de miel, todo cubierto de un delicado polvo de hoja de coca.
Cl. 65 #3b-76, Bogotá, Cundinamarca, Colombia
Mesa Franca
Este lugar ubicado cerca de la zona universitaria fue sin duda mi favorito, primero porque el servicio fue excepcional y segundo por el juego de sabores que tiene en cada platillo y bebida. Nosotros fuimos en la noche y creo que fue la mejor decisión, porque a esa hora el ambiente es relajado y más calmado que en las comidas.
Foto: Mesa Franca
El lugar es elegante, vibrante y moderno con mesas de madera y una barra con luces de neón que te invita a tomar un trago coqueto. Al ser nuestra primera vez en Colombia, obviamente queríamos probar cosas diferentes: con eso en mente pedimos el tiradito de trucha ahumada con alioli de tinta de calamar, aguacate y chontaduro (una fruta o tubérculo con sabor similar al camote).
A la mesa llegó también un crudo de bife de paleta con habas, pitahaya encurtida, maíz soplado, yemas curadas y aceite de cimarrón. Nuestros últimos tiempos fueron, el cordero con puré quemado de mazorca y la famosa panza de cerdo, servida sobre una crema de ají de maní y peras caramelizadas.
Otro punto a favor de este lugar es la coctelería, la cual merece mención aparte, por su uso exclusivo de licores artesanales de productores locales y la mezcla de clásicos con frutas como el lulo y la feijoa.
Cra. 6 ###55-09, Bogotá, Colombia
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La piel roja
Si quieres comer como lugareño, este es el sitio ideal. Su bandeja paisa es una locura (te recomendamos ir con bastante apetito), la sirven con frijoles, arroz, plátano frito, aguacate, chorizo y panza de cerdo crocante, ¡simplemente deliciosa!.. También debes probar el jugo de lulo y una Club Colombia roja bien fría. El lugar se encuentra en el centro de Bogotá y seguro lo reconoces antes de llegar, por su colorida fachada.
Foto: La Piel Roja
En las noches este lugar se viste de fiesta con una rocola que toca clásicos de salsa, merengue y bachata. Si vas con amigos seguro te divertirás al máximo, y si vas solo no te preocupes el ambiente es tan relajado que seguro saldrás con nuevos amigos.
Tv. 6 #27 -57, Bogotá, Colombia
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