Definitivamente, tomarse una copa de vino es un lujo y un privilegio, pero también es cierto que es fácil encontrar botellas de calidad por menos de $200 pesos, por ejemplo. Por lo tanto, para los entusiastas y los que pertenecemos a la clase media, a veces es difícil entender que un vino pueda llegar a costar lo mismo que un departamento, como el Romanée-Conti Grand Cru, que se produce en la región Côté de Nuits, en Francia, y que puede llegar a costar más de 3 millones de pesos. Entonces, ¿qué de termina el costo de un vino?
Por: Andrea Vázquez Aspiroz
Para empezar –y esto es importante, sobre todo, para entender el caso del Romanée-Conti millonario–, en los vinos también aplica la ley de la oferta y la demanda: entre menos botellas existan de un vino, más caro será. A esto hay que sumarle la calidad de la añada; si
fue muy buena, el precio del vino aumenta. En el viñedo también existen modos de operar al estilo de las bienes raíces: si tu viñedo está en un terreno que está valuado más caro, podrás vender tu vino a mayor precio.
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Además de esto hay que tomar en cuenta los costos de producción: la calidad de la uva, la cosecha –si es manual o automatizada-, el costo de las barricas, el embotellado, el mantenimiento de la bodega y el viñedo, los costos operativos, administrativos, y más.
Empecemos por la calidad de la uva: al momento de cosechar, cada grano tiene que estar en su momento óptimo de maduración, y para saber si ya es momento de la pizca, los vinicultores deben correr varios análisis químicos que requieren de pruebas de laboratorio; claro, algunos prueban varias uvas y deciden, de manera empírica, pero muchos otros prefieren el soporte científico.
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Cualquier vitivinicultor dirá que el mejor vino es el que se hace en el viñedo, y que la vid es una planta a la que le gusta que la traten mal. Por eso da los mejores vinos cuando está en zonas en donde su cultivo es más difícil, y aún mejores cuando se reduce el rendimiento de la vid, cortando el número de racimos, para que así la planta ponga toda su energía en menos granos. El menor rendimiento y las mayores complicaciones para cuidar el producto se traducen en una mayor inversión.
Otra importante causa del precio del vino es el uso de barrica; los vinos más caros usan aquellas que son de roble francés nuevo. Para vinos más accesibles se pueden reciclar barricas, o usar de otro tipo de roble más barato; eso ayuda a bajar un poco los costos. Cabe mencionar que solo se pueden producir dos barricas de roble francés por roble, y cada uno de ellos tarda 80 años en estar listo para producirlas.
Un aspecto más a considerar es el tiempo: a mayor tiempo en reposo, más va cambiando el vino, su acidez y sus taninos se redondean y los aromas se vuelven más elegantes. Pero, para un productor, eso significa tener, literalmente, dinero reposando.
A todo esto, lo importante es entender que un vino caro no es mejor que uno barato, simplemente son diferentes y están hechos para ocasiones de consumo distintas. También hay que decir que, si uno es aficionado al vino, se vale dejarle la cata de los vinos más costosos a los profesionales, que entenderán las cualidades técnicas del fermentado. Lo importante es saber que tomar vino y sentirnos cómodos mientras lo hacemos es posible.