El vino mexicano cobra cada vez más fuerza, y hay un destino que debes vigilar: San Luis Potosí. El estado del “perrito” llegó para quedarse.
Al pensar en vino mexicano, San Luis Potosí no es el primer nombre que viene a la mente; durante años los líderes de la producción vinícola mexicana han sido Baja California y recientemente Guanajuato y Querétaro. Sin embargo, un viñedo potosino debe estar en nuestro radar: Pozo de Luna.
En la hacienda El Jaralito, Pozo de Luna está cambiando la relación entre San Luis y el vino. Esta vinícola fue fundada en 2013 y en 2016 presentó su primera producción, que sorprende por su calidad. El Jaralito tuvo la fortuna de ubicarse en una de las pocas zonas del estado donde el terroir se presta para la vid, y pronto brotaron las uvas. Hoy, seis años después de su nacimiento, Pozo de Luna toma forma como parte de la nueva generación en el vino mexicano.
En cada paso de la producción se notan las influencias francesas. Entre las cepas francesas se encuentran Syrah, Merlot y Malbec para el tinto, así como Sauvignon Blanc, además de un buen cultivo de Nebbiolo que produce rosados dulces y frutales. Cada cosecha se añeja en barricas de roble americano y francés.
–Uvas para vinos tintos y blancos
Actualmente Pozo de Luna tiene vino tinto y una joven pero exquisita cosecha de blanco que te enamorará desde el primer sorbo. Son suaves al paladar y perfectamente disfrutables sin que lleguen a ser abrumadores. La corta edad de los vinos, lejos de ser un impedimento, los llena de energía y notas dulces que son imposibles de rechazar.
A todo esto se suma la belleza de El Jaralito, que ni el opresivo calor logra opacar. Dentro del lugar puedes tomar un tour por la hacienda, que cuenta con caballerizas originales del siglo XVIII y su propio lago, observar directamente las vides floreciendo, o vivir una experiencia de cata en la planta procesadora a pocos minutos de distancia.
El proyecto no está exento de riesgos, y en este caso uno de los principales es el cambio climático: las lluvias se adelantan y son más abundantes, lo que acelera el crecimiento de las uvas pero también puede hincharlas y causar que pierdan potencia o se pudran. Los nuevos brotes de las cepas empiezan a aparecer ya desde enero, otro efecto del cambio climático, pero esto las deja expuestas a una helada repentina que puede matar la planta naciente.
–La fiesta de vendimia, máxima celebración del vino
El otro obstáculo es humano: la alta cantidad de impuestos. Un IEPS de 26% sobre bebidas alcohólicas lleva a algunos comerciantes de vino a afirmar que “tu socio es Hacienda” y dispara los costos de producción, alzando por lo tanto el precio final al cliente.
Pero Pozo de Luna se mantiene firme y es una de las grandes sorpresas que el crecimiento de San Luis Potosí ofrece. Tu próxima visita al famoso estado “del perrito” no estará completa sin una copa del vino de su tierra. ¡No te arrepentirás!