No te pierdas de tu próximo desayuno perfecto. Con estas ideas seguramente podrás hacer tés deliciosos y diferentes cada mañana.
Por sí mismos, los tés son una maravilla. No obstante, hay algunos de ellos que van muy bien con una dosis pequeña de leche.
Antes de adentrarnos en algunos tipos que convienen beberse de esta manera, es bueno que sepas que quedan mejor los de sabor fuerte. Hay algunas excepciones que destacaremos a continuación, pero la regla es dictada por la dicta la intensidad del té.
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Ahora que te enteres de las posibilidades que existen en torno a esta bebida, seguro te gustará la idea de experimentar con todo. ¡Serán grandes descubrimientos, que lograrán que hagas cada vez mejores desayunos!
Sin duda, el más clásico de todos. Se trata de una combinación de tés de Assam, Ceilán y Kenia, que da como resultado una bebida de color ambarino, sabor robusto y bastante cuerpo.
A pesar de que es astringente y tiene muchos taninos, va muy bien con un chorrito de leche normal o evaporada.
Para hacerlo puedes usar té verde normal o matcha. Prepara esta bebida de forma normal y luego agrega un chorrito de leche tibia y azúcar. Es importante que no pongas la leche desde el principio. La confección de una bebida tan delicada como ésta de hacerse siempre primero con el té, luego va el ingrediente lácteo y, hasta el final, el endulzante (si es que lo deseas).
Se trata de un té clásico, también conocido como masala, que se prepara de forma básica con cardamomo, clavo, pimienta, anís estrella, jengibre y canela. En otras versiones puede llevar también almendras, clavo y azafrán.
Aunque muchas personas lo prefieren preparado sólo con agua caliente, también es cierto que se le puede añadir leche entera, de soya o de almendras.
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Prepara té negro en una taza honda. Deja que el sobrecito repose al menos tres minutos en el agua caliente. Saca la bolsa. Luego agrega jugo y rodajas de manzana. Espera a que infusionen por otros tres minutos y, finalmente, adiciona leche de coco tibia.
Endulza dependiendo de tu preferencia.
Tan simple y sencillo como que pongas a hervir hojitas frescas de menta, las dejes reposar por unos minutos en el agua caliente y adiciones la leche.
Este té, a diferencia de los otros de los que te hablamos antes, tiene un sabor bastante más sutil. Pero lo mentolado de la hierba lo hace delicioso y paladeable. Va perfecto con cualquier desayuno en el que incluyas quesos, hojaldres o mermeladas con un perfil similar al de la menta.