Las rutas del vino están marcando un sello distintivo en regiones de México que se están dedicando a la producción de uva para elaborar vino, una nueva localización que se está desarrollando se encuentra en el Tejón, fundado por Serapio López, el cual se encuentra en la ribera sur del lago de Chapala. ¿Qué tanto conoces de viñedos en Jalisco?
Por: Isis Malherbe
Remar contra corriente por los viñedos en Jalisco
En Jalisco se encuentra una población a la orilla de la laguna conocida como, San Luis Soyatlán en donde se puede ver su abundante agricultura de berries y extensos viñedos rurales que atraen al enoturismo de diferentes lugares del mundo.
El viñedo el Tejón fue creado por Serapio Ruiz, un señor que trabajó por más de cuatro décadas en los campos de Napa, California y un día decidió regresar a su comunidad a hacer su propio negocio vinícola. Empezó desde cero y hoy tiene 20,000 plantas en casi seis hectáreas. Serapio es un ejemplo de vida para muchas personas que desean emprender, ya que, su sueño más grande hoy en día es una realidad en la comunidad de San Luis Soyatlán.
Al llegar al rancho, nos recibieron con un agua fresca que hizo la esposa de Serapio, en la mesa nos recibieron con una carne deliciosa cocinada al carbón, ensalada clásica, salsa de molcajete, tortillas y queso de la región.
Después de comer nos subimos en la parte de atrás de la camioneta de Serapio para ir a la sierra, en donde tienen sus hectáreas de uva y su granja donde también tiene vacas. Desde allí se puede apreciar la hermosa vista al lago de Chapala.
En la visita al viñedo el Tejón, tuvimos la oportunidad de conocer las tierras de Serapio Ruiz, quien es famoso por ser el primer hombre que impulso la viticultura en su localidad. Él nos contó a detalle todo el proceso y los retos que ha tenido que pasar para lograr tener sus tierras firmes.
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Un clima adecuado, una cosecha adecuada
La falta de dinero en casa lo hizo, asegura, irse de su pueblo. Pero prometió regresar. Ahora que lo ha logrado, se dedica a lo que siempre supo que podría hacer: cultivar uvas y producir vino, gracias a las favorables condiciones climáticas y de suelo que existen en su rancho.
“La temperatura, iluminación y precipitaciones son idóneas en esta zona para que de den los frutos. Algunas variedades son resistentes a la sequía o al frío y otras requieren poca luz para su correcta maduración”, asegura Serapio
La región El Tejón tiene la particularidad de contar con un suelo que presenta una capa orgánica rica en piedra. Todo el terreno es de ese origen, y por ello otorga a los vinos un sabor mineral distintivo.
Los vinos son considerados excelentes en términos de acidez y color. Además sus plantas son jóvenes, pero año con año han ido evolucionando y mejorando su calidad. Las plantas del fundador tienen más de 25 años.
Sus variedades más recientes son la Tempranillo, Sauvignon Blanc, Garnacha Blanca, Shiraz, Malbec y Malvasía, que tienen cinco años.
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Por si no lo sabías, en el 2014 el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) realizó un estudio, a través del que demostró que Jalisco es un lugar perfecto para la producción de vino. Además, se identificaron 160 mil hectáreas potenciales para el cultivo de la vid en esas tierras.
¿Por qué Chapala?
El campo siempre ha sido parte de la vida de Serapio. Dice que no estudió, pero siempre asegura que su maestría es la naturaleza. Hace años decidí tener un mejor porvenir y me fui a trabajar 45 años a Estados Unidos. Allí aprendí a plantar, injertar, podar y pinzar las uvas para diferentes bodegas como Cain y Domaine Chandon.
“Desde ahí, observaba que cultivaban vides en varios estados y me dije: ¿por qué en Jalisco nadie lo hace? Ese fue el momento clave donde decidí hacerlo yo. Hace 27 años comencé haciendo pruebas aquí. Mis primeras 300 plantas fueron Cabernet Sauvignon, pero no se dieron, después de dos años en otro terreno cultivé 30 plantas Nebbiolo, pero no se adaptó al clima de Jalisco, por lo tanto, no dio fruto. Pero empecé a prueba y error hasta que ocurrió”, cuenta Serapio.
Desde entonces, ha impulsado el cultivo de uva y producido vino artesanal con características que permiten procesar las uvas tintas y blancas que están en las tierras.
La producción de vino es un arte en Chapala. La primera se da en julio, mientras que la segunda tiene lugar en diciembre. En dicho mes se cosechan uvas blancas y, en enero, tintas. Se hace una poda y se brinda el tratamiento adecuado. Sus fertilizaciones se basan en las necesidades específicas de cada viñedo y su entorno. Cada botella es la fusión perfecta entre el terreno y el clima.
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Un proceso que fructifica
Algunas uvas se adaptan bien a las dos cosechas anuales, mientras que otras crecen mejor en una sola cosecha. Entre las cepas tintas destacan el Cabernet Franc, Malbec, Merlot, Garnacha Tinta, Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Pinot Noir, Nebbiolo, Carineana y Sangiovese.
En el rancho se cultivan una variedad de cepas de uvas blancas, como Sauvignon Blanc, Chardonnay, Garnacha Blanca, Malvasía, Trebbiano, Viognier, Viura y Greco di Tufo, que ofrece una gama de sabores y características únicas.
Este corredor de 11 kilómetros pretende elaborar el vino de la manera más natural. Las zonas arcillosas y con piedra volcánica de esta área aportan notas distintas al resultado final del vino. Actualmente cuentan con variedades de vinos blancos y tintos y al año producen unas 3500 botellas.
“Hay variedades que sobreviven en contextos de un PH muy alto. Con ellas hay que tener cuidado al injertar. Además, se deben saber los rezos a distintos elementos de la naturaleza para que la viña se mantenga sana. Es algo muy bonito que siempre lo he hecho y me ha funcionado. En sí, somos cuatro personas las que nos encargamos del viñedo”, menciona Serapio.
En enero y en julio está el trabajo en la bodega, pero ya que se recoge la uva. En el campo, las personas continúan limpiando las hojas a mano para que retoñen de nuevo. Además, están al pendiente de ellas fumigando su área para que no se enfermen.
De acuerdo con el Consejo Mexicano Vitivinícola (CMV), el cultivo de vides y la producción de vino en México se inició en 1552. En los 14 estados productores de vino se cultivan más de cien variedades de uva, siendo la Nebbiolo la principal.
Entre estos estados se encuentran Baja California, Querétaro, Chihuahua, Zacatecas, Aguascalientes y Coahuila. Jalisco se ha unido a las más de 37 mil hectáreas de terreno destinadas al cultivo de la vid en México. Además, el CMV ha registrado a 16 productores en Talpa de Allende, Los Altos y Chapala.
Dónde: Sinaloa 1, Fracc. Las Brisas, 49440, San Luis Soyatlán, Jal.
Recomendación:
Si vas en coche, lleva un conductor asignado, ya que conocerás cada una de las variedades de vino que hacen en el viñedo, además cualquier duda que tengas sobre las uvas pregúntale a Serapio o a su esposa, los dos son expertos en el tema. No se te olvide llevar gorra y bloqueador solar ya que el sol a medio día es muy intenso.