El mate es muy popular en varios países de Sudamérica, principalmente en Uruguay, Paraguay, Brasil y Argentina. Los primeros en utilizarlo fueron los guaraníes y desde entonces la tradición de beber esta infusión ha perdurado con el paso del tiempo.
Por: Paulina Salgado
Origen
Su nombre científico es ilex paraguariensis, y es originario de países como Argentina, Colombia, Ecuador, Paraguay y Uruguay. Los nativos ya consumían esta planta y gozaban de sus beneficios como objeto de culto y moneda de cambio.
Después de la llegada de los españoles, fue gracias a los jesuitas que aumentó la producción de mate hasta llegar a popularizarse en países vecinos, especialmente en Argentina.
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Forma de prepararlo
Siguiendo las explicaciones de Valeria Trapaga, primera sommelier de mate, para elaborar uno bueno se necesita de una matera y de una bombilla (con forma parecida a la de un popote).
El polvo del mate se coloca al interior de la matera, hasta alcanzar unas tres cuartas partes. Posteriormente, el recipiente se tapa con la palma de la mano y se sacude levemente. Nuevamente se vuelve a cubrir la matera y se sacude de manera perpendicular hasta concentrar de un solo lado el polvo de mate.
Posteriormente, en la parte libre, es decir en la que no hay mate, se agrega un chorrito de agua a fría o tibia y se coloca la bombilla. Es importante cuidar la temperatura del agua, ya que si es demasiado caliente esta puede quemar la yerba.
También es importante señalar que no hay que mover la bombilla, ya que puede mojar más rápido la yerba seca y provocar que el mate no rinda lo suficiente.
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Finalmente, el anfitrión es el que toma los primeros mates ya que resultan los más amargos. Esta es una de las partes más simbólicas de la forma de prepararlo, ya que en palabras de Valeria, representa la equidad y la humildad y que es gracias al mate que las diferencias cada vez se van olvidando.