Finca La Estramancia es uno de los pocos viñedos en Jalisco que tiene tierras adecuadas para producir vino de excelente calidad.
Finca La Estramancia es uno de los pocos viñedos en Jalisco que tiene tierras adecuadas para producir buen vino. ¿Te imaginabas que ahí se estuviera produciendo vino mexicano? Hoy te contamos más sobre eso.
A dos horas de Guadalajara se encuentra el municipio San Luis Soyatlán, mismo que está a un costado del Lago de Chapala, una joya natural del estado. Ahí hay un secreto muy bien guardado: vino mexicano bien hecho, en un ecosistema que difícilmente pensarías como ideal para producir grandes etiquetas nacionales de dicha bebida.
Por: Isis Malherbe
En el pueblo mágico de Ajijic abordamos la lancha que nos cruzaría por el lago de Chapala, para llegar a la comunidad de San Luis Soyatlán. Ahí conocimos la Finca La Estramancia: uno de los pocos viñedos ubicados en la ribera sur del Lago de Chapala.
El lugar cuenta con áreas verdes y fue fundado por el abogado Gerardo Torres. En él se cultivan uvas como Malbec, Tempranillo, Syrah, Greco y Pinot, las cuales se utilizan para elaborar vinos en variedades rosado, tinto y espumoso.
El viñedo está rodeado de paisajes donde, además de admirar el cultivo de las diferentes uvas, se aprende el arte de la viticultura y los secretos detrás de la elaboración de sus vinos.
De igual manera cuentan con un joven experto que imparte catas personalizadas con charcutería. El lugar, en general, demuestra y revaloriza la complejidad de los vinos y el cuidado meticuloso de las vides, desde su crecimiento y fermentación, y hasta su envejecimiento en barricas de roble.
Gerardo Torres, fundador de la Finca La Estramancia, nos platicó sobre todo el proceso que ha vivido en estos años para lograr hacer un viñedo en tierras jaliscienses.
“Compré esta área de Chapala para hacer una casa de descanso. En unas vacaciones con mi familia en la zona del Río Rhein en Alemania. Me quedé anonadado de los cultivos de vides en la zona. Al regresar a México decidí transformar mi propiedad ubicada en las faldas del cerro de la Mujer Dormida, para crear una zona vitivinícola en la región”, expresó Torres
En su búsqueda para lograr que se diera en sus tierras la uva, conoció al señor Serapio Ruiz, quien ya había experimentado el cultivo de uvas en la zona. El fue la primera persona que lo apoyó y ahora son buenos amigos y ha aprendido más sobre vino a su lado.
En el 2011 Gerardo se jubiló de abogado y empezó con las primeras cien plantas de la variedad Tempranillo. Desde entonces, ha cultivado con éxito alrededor de siete mil plantas de Malbec, Tempranillo y Syrah. Estas cepas se han adaptado perfectamente a la finca que está a la orilla del lago de Chapala.
Expertos en suelos aseguran que la zona es fértil y que cuenta con condiciones climáticas favorables para la producción de vinos con calidad. De hecho, se realizó un estudio de los mejores climas del mundo y el Lago de Chapala y el Lago de Victoria salieron en la lista de los más aptos para este tipo de cultivo.
De acuerdo con dichos datos, en esa zona el clima es favorable ya que debajo de la piedra hay arena negra y residuos de conchas.
Según cuenta, al iniciar su emprendimiento conoció a Serapio Ruiz, quien lleva 30 años importando uvas del extranjero. Él lo invitó a subirse a su camioneta y lo llevó a los Viñedos el Tejón. En ese tiempo, recuerda, Ruiz tenía solo 30 plantas de uva y le dijo que en su terreno sí se podían dar.
“A él le tengo mucho aprecio porque en ese momento fue el primero que me regaló mis primeras 100 plantas de uva Tempranillo, con las que arranqué mi viñedo. Mi padrino Hans Duer, fundador de Vinaltura, no creía que en Chapala se podía hacer una finca, hasta que la conoció en persona y quedó sorprendido. Este año festejamos nuestros diez años de este proyecto de vida”, comentó Gerardo
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El viñedo cuenta con recorridos diferentes para conocer más del proceso de elaboración de la bebida.Si vas, podrás aprender sobre el proceso de elaboración del vino, desde el cultivo de las uvas hasta la producción final. También se organizan catas de vinos, gracias a los que se conocen los sabores y aromas de diferentes tipos de vinos.
En el 2015, el abogado transformó los cultivos para producir vinos de alta calidad. Ahí tuvo la fortuna de conocer al ingeniero Trinidad Jiménez, que actualmente es agrónomo en Finca La Estramancia y quien tiene experiencia en el manejo de varios tipos de viñedos en México.
Durante los primeros tres años de operación, se lograron dos cosechas al año: una en verano y otra en invierno. Sin embargo, a partir del año 2016, decidieron realizar una sola cosecha para permitir que las plantas se fortalecieran adecuadamente.
Esta decisión se tomó con el fin de garantizar la salud y el crecimiento óptimo de las vides. La vendimia, o corte de la uva, se lleva a cabo en los meses de junio y julio, cuando las uvas alcanzan su punto de madurez ideal.
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“El enólogo Lluis Raventós Llopart, quien además de ser un experto en el mundo del vino es también director de Freixenet de México, por otro lado, lidera al equipo y es responsable de crear los vinos tintos con Tempranillo y Malbec y también vinos rosados como, el Tempranillo-Syrah y el Syrah espumoso”, enfatizó Torres
El fundador explica que el clima es complicado, pero que a pesar de eso se da doble cosecha anual, ya sea en verano o invierno. Según lo que nos contó, solo existen cinco lugares en el mundo que pueden hacer esto. El rendimiento es el mismo en cuanto a cantidad y en calidad.
“Una de las uvas más difíciles de mantener es la Greco y la más noble de todas es la Malbec. La Tempranillo es medio caprichosa. Pero gracias a dios todas nos han dado la fortuna de probarlas. Estas tierras están bendecidas y es un privilegio vivir aquí “, dijo Torres mientras abría una botella para catarla
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El viñedo de Chapala tiene las mismas características de otras fincas para que se dé la uva. Cuenta con 30 metros de profundidad de piedra. Por lo tanto, cuando llegan las lluvias intensas, se tiene un filtro natural, a través de las que el agua baja automáticamente y por lo que el terreno queda húmedo, pero seco.
El agrónomo y enólogo están al tanto de que no les falte agua, que el riego sea el adecuado y todo se corrija vía satélite. Cabe mencionar que su riego es manual y que el agua proviene de un manto acuífero, por lo tanto es sulfurosa y el azufrosa.
“Cada 15 días nosotros le agregamos caldo gordo, un tratamiento en agua con azúcar, cobre y azufre. Mi equipo corta a las seis de la mañana y termina a las doce del día. Se envía la uva a Querétaro, al día siguiente se procesa y Freixenet se encarga del proceso de separar tintos y rosados. Después me entregan la botella”, finaliza Gerardo
Donde: 49446 Tuxcueca, Jalisco
IG @laestramancia
Ve en grupo para disfrutar de la cata de los diferentes vinos que producen, los cuales se presentan con una tabla de quesos y carnes. Además lleva un sombrero y bloqueador solar, ya que el sol a medio día es muy intenso.