Te sorprenderá conocer los diferentes tipos de agua que existen y cuál es la mejor manera de apreciar sus sabores. Aquí todo lo que necesitas saber.
Por: Paulina Salgado
Tal vez suene un poco extraño, pero así como el queso, el vino o el café, también el agua se puede catar. De hecho existen sommeliers altamente capacitados para explicar las propiedades de este líquido: su olor, color y sabor.
Para empezar, debemos aclarar que existen distintos tipos de agua y que varían según su origen y que dependiendo su procedencia se puede hablar de su sabor. Por ejemplo, hay agua mineral, agua de manantial, agua potable o agua de pozos profundos. Si bien el agua es la misma (H2O), la composición del suelo ocasiona que sea distinta en su contenido de minerales.
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Algunos de los elementos que toma el sommelier al momento de degustar el agua son su ligereza, frescura, balance o efervescencia. Todas estas características influyen en la percepción del sabor de un platillo. Por ejemplo, si se está probando alguna botella de vino, es recomendable que el agua sea ligera y con bajo contenido de minerales para que se pueda enjuagar el paladar y se pueda pasar de un vino a otro sin interferir en el sabor.
La cata de agua debe hacerse en un lugar húmedo, de preferencia con una temperatura entre los 20 y los 22 ºC. Pueden utilizarse vasos o copas siempre y cuando sean de cristal, ya que este material ayuda a percibir mejor los aromas y permiten una sensación más agradable al tacto.
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Las fases de la cata son tres: la visual, olfativa y gustativa. En la primera fase debe apreciarse la transparencia del agua. En la siguiente etapa las notas minerales, frescas o terrosas, generalmente éstas indican el origen del agua. Y por último, si se va a evaluar agua natural se debe considerar la acidez, la ligereza y la sensación en la boca además de distinguir si es dulce, ácida o salada. Por el contrario si se va a degustar agua con gas se tiene que considerar su finura, la cantidad de burbujas y su intensidad.
En pocas palabras una cata de agua es una experiencia más compleja y sutil. Puede resultar difícil encontrar los matices y contrastes, pero eso no impide evaluar su calidad.