Identifica y conoce las diferencias entre la sidra vasca y asturiana, entre las manzanas a usar, el proceso de elaboración y su delicioso sabor.
La sidra es una bebida fermentada elaborada con manzanas y que se puede disfrutar en todo tipo de ocasiones. Sin embargo, existen dos versiones particulares, la sidra vasca y asturiana, que además de ser deliciosas, también reflejan la identidad gastronómica de sus respectivas comunidades. Descubre que las diferencia una de la otra.
La sidra podría definirse como el vino de las manzanas. En Asturias y el País Vasco son expertos en su elaboración. Lo único en común que comparten son los productos típicos de sus tierras, pues entre sus diferencias es claro el sabor, su producción e inclusive el tipo de manzana que se utiliza. No es que una sea mejor que la otra ya que depende mucho de los gustos de quien se deleita con esta deliciosa bebida.
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En general la sidra asturiana se elabora principalmente con una mezcla de manzanas amargas, ácidas y dulces, que son más pequeñas que las manzanas de uso común, con un aroma fuerte y su característico color amarillo con toques dorados, por otro lado la sidra vasca se produce con manzanas ligeramente más dulces y frescas.
La sidra vasca se mantiene a una temperatura inferior a la de los lagares asturianos, por lo que el resultado es un producto más ácido. La sidra asturiana se trasiega (cambiar el licor de tonel). Por el tipo de manzana utilizada, se trata de un producto totalmente natural.
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Una de las mayores diferencias de la sidra vasca, a comparación con las que son producidas en otras partes del mundo, es que no contiene dióxido de carbono, una característica que también se encuentra en la sidra natural de Asturias.
La sidra es un producto completamente natural y muy popular tanto nacional como internacional. Esta bebida no sólo acompaña los platos sino que también puede ser usada como ingrediente. Ahora que ya sabes las diferencias más importantes entre la sidra vasca y asturiana, ¿cómo te deleitarás con ella?