Así vivimos el Festival Brasas México
A lo largo del sábado y el domingo, 30 restaurantes tomaron el espacio y lo llenaron de parrillas, asadores al aire libre y stand donde ofrecieron menús en los que la carne fue la protagonista indudable.
Algunos de los platillos más socorridos fueron las costillas de Mizrahi Meats, el sándwich de brisket de Slou Barbecue, las parrilladas gigantes de Pablisho Parrillero, los tacos campechanos de La Candelaria y el Burro Percherón de Palominos.
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De igual manera, la comida se podía acompañar lo mismo de cervezas artesanales Allende, de Guanajuato, que de vinos mexicanos y de otras partes del mundo. También había una estación solo de whisky Buchanan´s –con opción de trago corto y hasta versión de un litro para llevar mientras recorrías el festival–, así como de marcas de mezcales y tequilas.
Sin embargo, no todo fue comida y bebida. A la par de las degustaciones también hubo talleres. Freshbox, por ejemplo, ofreció gratis unos sobre cortes de carne. Uno de ellos estuvo dedicado al vacío y el otro al asado de tira.
¿Cómo fue el acceso y los métodos de pago?
Para poder disfrutar del Festival Brasas México, lo único que se tenía que hacer era comprar un boleto con costo personal de 336 pesos. Con ello se tenía acceso a una tarjeta electrónica cashless, que se podía cargar con el crédito que se planeara gastar en el evento.
De tal forma, cada estación donde se adquiría comida y bebida, solo tenía que escanear la tarjeta para cobrar por los productos vendidos.
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Después de un fin de semana de asados, buenas bebidas y hasta conciertos y presentaciones de danza folklórica en vivo, nos da gusto saber que el festival se repetirá, mucho mejor, el año que viene.