El fin de año se bebe a pequeños sorbos con el gusto del mismísimo cielo estrellado. Después de todo, lo dice el mito: así es como el monje benedictino Dom Perignon describió el champagne, su creación accidental, tras descubrir el inesperado sabor efervescente en el siglo XVII. Luego de años de transformaciones económicas, sociales y científicas, el «lujo entre los vinos» ha sido constituido como un sinónimo de celebración.
Esto explica que el 40% de sus ventas globales se realice a lo largo de las vísperas decembrinas. Extrasecos, dulces, ecológicos y los más ostentosos, aquellos destapados siempre como un buen deseo. Pero entre tanta variedad, ¿cómo decidir cuál es el estilo más apropiado para disfrutar según el ambiente y las personas que lo beberán? Más allá de las ya conocidas reglas elementales de maridaje, etiqueta y tendencias, ofrecemos una guía para determinar qué espumoso va mejor con el perfil del anfitrión o anfitriona de las fiestas de fin de año.
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Gatsby
Estilos: Brut Rosé, Extra Sec, Demi-Sec
Qué beber: Armand de Brignac Rosé, Moët & Chandon c/o Virgil Abloh
Para los grandes «Gatsby» siempre es buen momento para abrir una botella, sobre todo por sus exigentes vidas sociales. No son pretenciosos, simplemente personas extrovertidas en busca de la celebración de la vida con los sentidos. ¡Hedonistas totales! En cuanto a gustos, seguramente buscarán una copa con burbujas muy abundantes, vinos que contengan aromas explosivos y sensaciones hedonistas, la riqueza de los frutos rojos, o bien, notas tostadas acompañadas de castañas.
Eno-nerd
Estilos: Blanc de Blancs, Prestige Cuvée, Ultra Brut, Veuve Cliqcuot Brut
Qué beber: Dom Perignon Rosé 2006, Veuve Cliqcuot Brut
No necesariamente son catadores, pero sí están invitados a todas las catas y maridajes. También son las personas a las que sus amigos acuden para buscar recomendación en materia de los mejores vinos, ginebras, café… A la hora de conocer un nuevo champagne, les entusiasma adentrarse en detalles como la historia de la casa vinícola y la ciencia detrás de lo que están por beber.
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Minimalista
Estilos: Extra Brut, Brut Nature
Qué beber: Champagne Rodez Zéro Dosage, Extra Brut Gosset Champagne
Su guardarropa es breve pero conciso, impecable al igual que sus casas, donde nada se sale de una gama cromática de neutros. Han aprendido de la cultura japonesa que un plato no debe servirse si no es hermoso. En cuanto a vinos, el champagne es una de sus bebidas de cajón, pero sólo en sus manifestaciones más pulcras, con porcentajes bajísimos den azúcar, lo cual es congruente con su estilo de vida limpio. Este fin de año beberán espumosos de plácida acidez en copas de diseño contemporáneo.
Ecologista
Estilo: Interesados en los métodos de cultivo
Qué beber: Champagne Rodez Non Vintage Blanc de Blanc, Champagne Fleury Blanc de Noirs
Viven investigando sobre los cambios que pueden hacer en sus vidas para no impactar al medio ambiente. Más allá de las tendencias de consumo, su interés es genuino y constante. Han logrado reducir su producción de basura, utilizan medios alternos de transporte y se alimentan principalmente de ingredientes orgánicos. Lo que beben, por supuesto, no es la excepción. Como no todo es Kombucha, sus champagnes ideales son aquellos producidos con métodos biodinámicos y otras formas respetuosas de cultivo.
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Transgresor
Qué beber: Louis Roederer Carte Blanche, Taittinger Brut Reservé
Estilos: Sec, Demi-Sec, Brut, Rosé
Están al tanto de los temas relevantes a nivel nacional e internacional; también saben que toda acción es política, ya sea desde el arte, la cultura o el significado de lo que comemos y bebemos. El master sommelier Christopher Bates es uno de ellos y nos comentó que «el verdadero arte del champagne está en su habilidad de encontrar el balance entre el azúcar y el ácido, lo mineral y lo opulento», y espera que la industria recobre la pasión por vinos más dulces. «¡Son los más deliciosos!»
