En esta entrega de #CineGourmet te hablamos de El Rey León y la valiosa enseñanza que nos deja en materia gastronómica, recuerda y disfruta.
Por Ingrid Cubas @ingrid_cb
Alguna vez vi un conteo sobre las películas que habían causado más traumas en la historia. Además de Tiburón, la historia de “El Rey León” aparecía en dicho ranking debido a la muerte de Mufasa, que a todos nos deja con un nudo en la garganta al ver la desolación de Simba tras la pérdida de su padre, protector y mentor.
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Sin embargo, por más triste que pueda resultar esta historia, se trata de una de las películas animadas de Disney que mayor éxito ha tenido en sus distintas versiones debido a la historia que narra, las intervenciones musicales y los inolvidables paisajes de la sabana africana.
Cada escena está repleta de colorido para dar vida a sus personajes y dejar una enseñanza en niños pequeños (y en adultos dispuestos a escuchar). Más allá de los valores que representa y la gran muestra de valentía que se va desarrollando con el paso de la historia, nos atañe en la parte gourmet por las escenas en que pese al desagrado que le provocan los insectos a Simba, se atreve a probarlos para quedar encantado; es así como la frase “Viscoso, pero sabroso” aparece en la pantalla para dejarnos la mayor enseñanza en cuestión gastronómica que podría ofrecernos: si te atreves a probar, hay muchas sorpresas que te puedes encontrar.
Probar cosas nuevas (por más feas que te parezcan) te permite abrir la puerta a texturas y sabores que desconocías y que podrían resultar placenteras; por ejemplo ¿qué me dices del sabor de los chapulines? ¿cómo despreciar su crujir combinado con un guacamole fresco y quesillo?, ¿o qué tal los escamoles? ¿y qué decir de los chinicuiles con limoncito hechos taco?
Los bichos, insectos y cosas nuevas deberían estar obligados en nuestra dieta, además de que aportan una gran cantidad de proteínas para mantenernos sanos y nos conectan con nuestros antepasados, esos que según El Rey León “nos miran desde las estrellas”
