Por Michelle López. Imágenes: cortesía Belgapom
¿Sabías que las famosas papas “a la francesa” en realidad no son de Francia? El término en realidad hace referencia al tipo de corte: to french significa cortar un vegetal en tiras. La cuna de las papas fritas es Bélgica, y ahora llegan oficialmente a México para nunca más dejar que se nos olvide.
Las auténticas papas fritas
Este país europeo es famoso en todo el mundo por la calidad de sus papas, que desde 1876 se convirtieron en un icono de la comida callejera de alta calidad. Desde la tierra en la que se plantan hasta el aceite en que se fríen, las papas belgas tienen un sabor único en el mundo. Ellas dan pie a la frietkot culture: los puestos urbanos que puedes encontrar en plazas, ferias y esquinas donde gente de todos los niveles, profesiones y edades están dispuestos a hacer fila por horas para probar esta delicia. Tal es el poder de la frietkot culture y los manjares que ofrece, que no es extraño encontrar al Primer Ministro o hasta el mismo Rey de Bélgica formados con los ciudadanos en espera de un humeante cono.
Así se prepara el famoso puré de papas de Joël Robuchon
Papas belgas en México
México por fin se une al goce de estas papas tan especiales: Belgapom, la asociación belga enfocada a difundir el comercio de la papa y proteger a los productores de este tubérculo, incursiona en nuestro país para crear un puente comercial entre México y Bélgica a partir de las papas fritas. La oportunidad de negocio y colaboración entre ambas naciones es el momento perfecto para animarnos a probar un nuevo bocado de calidad excepcional – las papas fritas belgas están en el preciso balance entre suavidad, sabor, cuerpo y versatilidad que seduce instantáneamente.
Belgapom además llega con un profundo respeto hacia la gastronomía mexicana. “No pretendemos desplazar o quitarle nada a la comida callejera mexicana, sino añadir a ella,” nos explica Romain Cools, Secretario General de la asociación. Aquí no se trata de hacer competencia a los antojitos que ya conocemos ni enfrentarse con los comerciantes mexicanos, sino genuinamente tener más opciones para disfrutar a donde sea que vayamos.
¿Podemos encontrar carritos de papas belgas en nuestras esquinas? Desgraciadamente aún no, pero sin duda sólo es cuestión de tiempo: la frietkot culture ha llegado para quedarse.