Cervecería Primus, pionera dentro de las microcerveceras artesanales de todo el país, anunció su sociedad con Cuauhtémoc Moctezuma Heineken México. Ante esto, los interesados se preguntan qué sucederá con este sector de la industria. Uno de sus directores y fundadores nos comparte su visión y los detalles de esta alianza.
Por: Jaime Andreu
El 7 de febrero, informamos a colaboradores, proveedores, clientes, distribuidores y público en general la incorporación de Cuauhtémoc Moctezuma Heineken México como socio de nuestra cervecería. Esta alianza nos permitirá mantener el control del negocio, así como la autonomía creativa en nuestra planta de producción y en nuestro equipo de trabajo. Por otro lado, sumaremos a Heineken como un distribuidor más, pero con un poder, en esta área, superior al de cualquier distribuidor convencional de cerveza artesanal. Además de pioneros, durante diez años hemos sido punta en el movimiento microcervecero mexicano. Junto con otros pocos colegas, creamos en los primero años un contexto favorable para el desarrollo de una categoría hasta hace pocos años inexistente en México: la de la cerveza artesanal.
Dentro de las acciones que permitieron a Primus y a otras empresas mantener un crecimiento a doble dígito durante casi una década estuvo la fundación de Acermex (Asociación que agrupa a microcerveceros); la apertura de la cadena de tiendas. El Depósito en la Ciudad de México (asociados con Cervecería Minerva); el primer taller público de enseñanza para la elaboración de cerveza en casa: La Graciela; la barra de despacho de cerveza de barril más vanguardista de México: Fiebre de Malta; la denuncia ante la Comisión Federal de Competencia Económica por las prácticas monopólicas en el mercado de cerveza; la creación de “Cerveza México” que hasta el día de hoy es el evento más completo de la categoría en México y conjunta simultáneamente una expo, un congreso y una competencia.
En otras palabras, desde temprano nos dimos cuenta de que para que nuestra pasión y negocio prosperara era necesario abrir brecha y surcar un camino, que luego otros han podido andar con menor dificultad que nosotros. Debo decir que muchos de ellos de forma más eficiente que nosotros. Junto con el crecimiento de la categoría vino la necesidad de protegerla y resguardar el término artesanal de quienes buscaban cómo lucrar con aquello que apasionadamente habíamos creado; algunos evadiendo impuestos, haciendo cervezas de baja calidad o buscando controlar un nuevo segmento para evitar la competencia. Fue entonces que, junto con otros colegas y liderados ya por Paz Austin, en acermex, empujamos varios esfuerzos por defender la categoría: una nom, un proyecto de Norma Oficial Mexicana, un sello distintivo y varias otras que hasta el día de hoy siguen en proceso de implementación.
Nosotros en Primus, y como miembros de Acermex, nos distinguimos en nuestra categoría de microcervecera por nuestra tradición y nuestra independencia. Nos caracterizamos porque siempre producimos pequeños lotes de muy alta calidad utilizando agua, malta, lúpulo y levadura. No pertenecemos a ninguna de las grandes cervecerías. Ante esta alianza, y aunque seguiremos sin ser propiedad o estar bajo el control de nuestro nuevo socio, se ha cuestionado nuestra independencia. Primero, porque tendremos una ventaja competitiva en el acceso a la compra de materias primas, pues podremos conseguir escalas de compra mayores. Segundo, porque nuestra distribución será mucho más eficiente que en el pasado. Algunos dirán que hemos cambiado nuestro discurso y nuestros ideales. Bueno sí, lo hemos hecho. El mundo y el mercado en el que vivimos también se han modificado en parte gracias a nosotros. Esto nos está llevando a situaciones inesperadas y son el tipo de cambio que queremos en Cervecería Primus.
Vivir transformándonos
Seguramente habrá retos. Debemos seguir buscando y tomando las mejores oportunidades dentro del futuro que se nos avecina y demostrar que somos y pensamos como el Rey Primus, de forma astuta y diferente a los demás. En ese sentido hemos sido, somos y seguiremos siendo leales a nuestro discurso e ideales. En esta nueva realidad cervecera, veremos cada vez más alianzas, fusiones, inversiones, entre otras. Pequeñas juntándose con pequeñas para hacerse más eficientes. Pequeñas siendo fondeadas por capital privado o fondos de inversión. Ojalá, por qué no, pequeñas mexicanas juntándose con pequeñas, medianas o grandes de otros países. Mi recomendación para otros cerveceros sería que no le cierren la puerta a una oportunidad por creer en un paradigma que en el pasado ha funcionado.
Chela libre. Cervezas artesanales con etiquetas muy mexicanas
No olvidemos que nuestro objetivo inicial era cambiar la cultura del consumo de cerveza en México y que cada vez más y más personas descubrieran lo que nosotros hacíamos y disfrutábamos. Confíen en que todo lo que hemos hecho es para cumplir con esa misión que nos propusimos: hacer de la cerveza una experiencia extraordinaria. Si dejamos de hacer eso, si dejamos de luchar por la categoría, si dejamos de buscar un trato equitativo para chicos y grandes, si dejamos de perseguir nuestros sueños, entonces sí esperamos que el consumidor nos lo señale. Mientras tanto, seguiremos haciendo la misma gran cerveza, bajo los mismos ideales, en pequeñas producciones, con ingredientes de alta calidad pero llegando cada vez a más y más paladares, a esos mexicanos que todavía no conocen la gran experiencia de tomar cerveza artesanal.