El postre es el final feliz de toda comida. Es también un momento para compartir con alguien que aprecias o para consentirte. Es por ello que resulta importante que cuando pruebes una dulce delicia, todo sea perfecto. Para lograrlo y que no te lleves a la boca algo que te arruine el momento, te dejamos 10 claves para reconocer cuando un postre no es bueno.
El postre, ¿es bueno o no?
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El helado de vainilla es amarillo y no blanco. No aceptes un helado que no sea de igual o mejor calidad que el postre que acompaña.
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Está bañado con chocolate de bote. Este chocolate puede arruinarlo todo y a los restauranteros les encanta.
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Salió de un congelador y sabe a congelador.
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Es grumoso o sabe más a fécula de maíz y harina que a postre. Tampoco lo comas si la masa es más gruesa que el relleno.
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Un postre caliente está frío por dentro.
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La fruta no está fresca o no es de temporada.
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La receta incluye ingredientes que son más armónicos en una ensalada, que en el postre. O sea, son demasiados como para atender a cada sabor. La creatividad está muy bien en la cocina pero no hay que forzarla.
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Es más dulce de lo que un ser humano puede soportar. Es decir, sabe a azúcar y no a frutas, vainilla, chocolate o almendras.
#PlaylistFoodie para una tarde de postres
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El merengue parece más plástico que merengue.
- Los colores de tu postrecito no existen en la naturaleza y parecen más luces de neón que frutas.