Ocho panes tradicionales de diferentes partes de México, como los chamucos de Aguascalientes o la Burras de Zacatlán de las Manzanas.
Basta una pieza de pan para saber en qué parte del país estamos; son un referente que permanece en tradiciones y gustos. Cuando se piensa en Acámbaro, Guanajuato, a la memoria arriban las acambaritas, especie de bollo con miga similar al pan de pueblo, aquel que vemos en mercados y ferias leudado con pulque y acompañado de hoja de higo. Cuando se va a Campeche, en la maleta no debe faltar una hogaza de pichón para compartir con quien nos espera
en casa, o bien, el pan de mujer, pieza sinaloense llamada así porque no tiene huevos, o bien, de la costa chica, la empanochada, de apariencia plana con piloncillo, harina y manteca. Sin duda, el ingenio entre hornos y charolas da para tener un sinnúmero de frases chuscas con referencia al pan, así como figuras y nombres que proporcionan identidad regional a cada uno de los estados.
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CHANCHAMITOS. Del maya chan chan, son bolitas de masa de maíz rellena que se aplanan y cocinan en comal.
CHAMUCO. Típico de Calvillo, Aguascalientes. Es similar a una galleta con centro de masa blanca, azucarada y con vainilla.
BURRAS. Se elaboran en Zacatlán de las Manzanas con harina, huevo, azúcar, manteca de cerdo y requesón.
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CHIRIMOYA. Bizcocho similar a la concha, sólo que lleva la mitad de su masa crujiente, estilo galleta y con sabor a vainilla.
GUSANOS. Mezcla de masa de canela con manteca. Su relleno es de crema de piloncillo. Se consumen mucho en Hidalgo y el Estado de México.
CHORREADA. Originaria de Jalisco, esta pieza se prepara con manteca de cerdo, piloncillo, huevo y azúcar melaza.
CHANCACUDA. De Tuxpan, Veracruz. Endulzada con piloncillo en el interior de la masa. Su cubierta es azucarada.
OJO DE BUEY. Mezcla de dos tipos de masa: una laminada con manteca y otra estilo panqué. Es típico de la zona centro del país.