No hay nada como recargar la pila para iniciar el día. En distintas latitudes, se aprovechan los ingredientes locales para preparar exquisiteces dignas de un rey. Aquí hay 6 ejemplos de cómo la gente inicia su jornada cotidianamente.
Por Karla Lavariega y Ulises García
INGLATERRA
Si hablamos de un país que se identifique con los desayunos, definitivamente es éste, ya que convirtió el famoso Full English Breakfast en su platillo nacional. Esta tradición no es nueva, data de principios de 1800, cuando los victorianos perfeccionaron el arte de comer el desayuno. Pero, ¿en qué consiste?
Hay una controversia sobre los ingredientes exactos que contiene, debido a que pueden variar dependiendo de la región donde se prepare, aunque los expertos coinciden en que debe incluir tocino, huevos fritos, salchicha británica, frijoles, jitomates asados, champiñones, black pudding (morcilla) y pan tostado. Todo en un plato. ¡Vaya que los ingleses no se andan con rodeos para iniciar su día con energía!
Existen versiones más modernas y extravagantes, que pueden incluir filete de pescado, higos estofados, piernas de faisán, riñones guisados con pan tostado, mejillas de cerdo, entre otras variantes. De lo que estamos seguros es de que se sirve desde las mesas más finas, hasta las más humildes.
No todo en este país se limita a lo tradicional y sustancioso, también existen opciones para los que gustan de alimentarse saludablemente, pero de esos platos hablaremos en otra ocasión.
ARGENTINA
Cuando se trata de la primera comida del día, los argentinos son muy prácticos y sencillos, no se complican la vida con preparaciones elaboradas. Y desde el norte hasta el sur de su territorio, los desayunos son básicamente los mismos.
Lo más común es iniciar el día con unas mediaslunas, muy parecidas a las que en México conocemos como cuernitos o croissants, aunque cabe recalcar que no son lo mismo. Pueden estar rellenas de jamón con queso o acompañadas de manteca (mantequilla).
Otros de los imperdibles son las facturas, unos bizcochos de masa dulce, los cuales fueron introducidos por los inmigrantes europeos y suelen estar rellenos de dulce de leche, crema pastelera o dulce de membrillo. Continuando con las delicias, también disfrutan las tostadas con manteca, dulce de leche, queso o mermelada. Además de los panqueques y las galletas que dejan al descubierto su gran amor por los carbohidratos.
Para acompañar estos manjares se acostumbra el café con leche, el té o el mate, que es la hierba típica del Cono Sur (infusión de hojas de hierba mate).
Si aún quedan con hambre, pueden rematar con un postre llamado “fresco y batata” o vigilante, que no es más que un pedazo de queso fresco acompañado con dulce de batata (camote).
CANADÁ
Al ser un país cosmopolita, con influencias culturales de todo el mundo y con una oferta gastronómica tan amplia, resulta complicado estandarizar sus principales costumbres. Aún así, cuenta con platillos y productos que lo caracterizan.
Tenemos que comenzar con el jarabe de arce, mejor conocido como miel de maple, un producto que sin duda grita: ¡Canadá! No por nada la hoja de maple es parte de su bandera. Además son los mayores productores en el mundo. Con esta miel suelen acompañar todo, principalmente los hot cakes, waffles y el pan francés, sin descartar platos salados preparados con carne, pescado o verduras.
Como sucede en muchas partes del mundo, los huevos son un producto indispensable para los canadienses, quienes gustan de servirlos con tocino, jamón, salchicha; o na tradicional papa Hash Brown, que a diferencia de otros países se sirve en pequeños cubos.
Otro de los clásicos en la mañana es el cereal. Normalmente lo comen frío, aunque en el caso de la avena o el “creamy wheat” (sémola) la acostumbran caliente, debido a los extremos climas de invierno.
JAPÓN
Los habitantes de este país asiático consideran que el desayuno es el alimento más importante del día, por eso infieren una amplia variedad de platillos. Piensan que evitarlo impide la óptima concentración y disminuye la energía.
Para compensar, conforme avanza el día, hacen comidas más ligeras. La base de su dieta es el arroz cocido y algunas de sus elecciones son pescado, aunque por excelencia usan el salmón a la plancha o al grill; sopa de miso blanco; una pasta fermentada de semillas de soya, cereales y sal marina; estofado de algas hijiki y edamame; tsukemono o encurtido de verduras que puede llevar pepino, zanahoria y berenjena; sunomono o ensalada de edamame con ajonjolí; tamagoyaki u omelette al estilo japonés; umeboshi o bolitas de ciruela encurtida; además, suelen añadir tofu o queso de soya.
SUDÁFRICA
La gastronomía de esta zona se nutre de varias vertientes. Por un lado, el aporte culinario de sus poblaciones nativas como los sotho, los khoisan y los xhosa. Por otro, la contribución de los afrikáneres o descendientes de los holandeses y también de los ingleses. Además, hubo otras influencias tanto esclavas como francesas, portuguesas, alemanas y de personas provenientes de Malasia y de Java.
Como en este país se da muy bien el cacahuate, preparan un guisado con base en este producto, carne de cordero y papa. Entre sus platillos más tradicionales están los boerewors, que son una especie de salchichas picantes; las croquetas kwasi preparadas con aceite de cacahuate, chícharos negros, cebolla, chile, especias, té y jugo; los koeksisters, unos bastones de masa entrelazada fritos y cubiertos de almíbar; el bobotie o pastel de carne con pasas, frutos secos y huevos horneados que encima lleva plátano, nueces y frutas o verduras en conserva; un pan relleno de pollo, frijoles, cordero y curry al que llaman bunny chow; el “smiley” o cabeza de carnero sazonada con sal, cuyos labios se van curvando al momento de cocerse; y por supuesto, el infaltable café con medias lunas. ¡Y no podía faltar un buen café!
AUSTRALIA
Muchos de sus pobladores son de origen inglés, por esa razón prefieren como primeros alimentos del día: huevo, tocino, cereal con leche (ya sea granola o avena, dependiendo del clima), café y té. Un desayuno que se respete en esta nación debe incluir vegemite, una especie de mermelada con un sabor entre salado y amargo que se unta en el pan tostado, aunque si se desea puede llevar mermelada de fruta o miel. También son comunes unas galletas con alto contenido de trigo integral llamadas Weet-Bix.
Otra de las delicias de su gastronomía es un pastel de carne con masa delgada rellena con carne picada, especias y un top de puré de jitomate. Asimismo, preparan un sofrito de col, papa y calabaza conocido como squeak. A los australianos les fascina el betabel, así que pueden hacer hamburguesas con este ingrediente.
Ellos también suelen comer un pastelillo curado llamado Lamington que puede ir relleno de jalea de fresa, crema y una cubierta de chocolate con coco rallado; lo aman tanto, que festejan el Día Nacional de este postre el 21 de julio.
