Cerveza con sabor a maple y salmón a temperatura ambiente son algunas de las delicias que probamos durante este viaje a Canadá.
Canadá deslumbra con paisajes mágicos y vistas que quitan el aliento. En invierno muchas provincias se visten de blanco para recibir a viajeros que aman los deportes invernales y la naturaleza boscosa. Fue así como llegué a Sun Peaks, una pequeña aldea al norte de Vancouver, cerca de la ciudad de Kamloops. En esta villa hay un resort donde puedes esquiar en medio de caminos nevados, o salir de paseo en trineo con perros, snow boarding y motonieve.
En el Bottom’s Bar & Camp Grill, uno de los restaurantes de Sun Peaks, decidí tomar un trago antes de comenzar mis aventuras en British Columbia. Pedí el Bloody Caesar, hecho con vodka, clamato, sales, condimentos y picante. Cuando salí del bar a las seis de la tarde, momento en el cual ya no hay luz natural, emprendí una caminata nocturna por los alrededores del bosque con snow shoes, unas pequeñas raquetas en forma de trineo que ayudan a disfrutar más el recorrido.
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Caminar sobre el suelo nevado me dio la sensación de tener debajo de mis pies un pastel gigante de betún muy suave, y estar rodeada de pinos blancuzcos enmarcados en un cielo estrellado. Desde la montaña observé la aldea, como si se tratara de una villa dentro de un cuento de navideño.
Hice una parada en un pequeño campamento, donde ya me esperaba una fogata encendida en medio de la nieve con varitas para asar malvaviscos y sidra de manzana caliente con especias para recuperar el calor a la luz de la Luna.
Al día siguiente me esperaba otra actividad que jamás hubiera imaginado vivir: recorrer el bosque en un trineo jalado por perros. Al llegar al punto de inicio de este paseo diseñado por Mountain Man Adventures, vi a ocho enormes perros, peludos, únicos
y encantadores, que jugaban a brincar y a meter sus cabezas en el suelo nevado como si fueran niños traviesos. Tras unos ademanes y algunas palabras del entrenador, uno de los animales líderes comenzó a correr suelto, mientras los otros emocionados lo siguieron a toda velocidad. El trineo se deslizó entre las huellas y los caminos a lo largo de 10 kilómetros de profunda nieve.
Por la tarde visité Voyageur Bistro, el restaurante del pueblo con auténtica comida preparada con ingredientes locales. Desde carne de bisonte (criado en granja) hasta platillos con miel de arce. Probé la charcutería artesanal local con salmón ahumado y quesos, el pastel de carne con arce, así como un corte de res acompañado de puré de papa, verduras, pimienta y salsa de frutos rojos. Me sorprendió saber que ahí el menú cambia al menos dos veces al año, igual que los ingredientes, que son frescos y de temporada.
En las paredes del lugar hay muchos objetos, cada uno con su propia historia. Todos con temática de viajes y experiencias que se pueden vivir en la zona, desde antiguas canoas Nutka para pesca hasta una gran colección de objetos típicos e históricos de Canadá. Pasé ahí toda la tarde charlando con los locales y bebiendo cerveza artesanal clara con notas de maple, típica de la región.
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Por la mañana me despedí de Sun Peaks para dirigirme a Clearwater, una reserva natural protegida, ubicada a poco más de 100 kilómetros al norte del resort. Me hospedé en un pequeño hotel, edificado al costado de una solitaria carretera. Alrededor sólo había una tienda y una gasolinera. Dejé mis maletas y salí a explorar el Parque Provincial Wells Gray, un gran bosque con cascadas, y animales salvajes.
Más de 200 kilómetros de senderos congelados con imágenes de postal. Después de una caminata inicié un recorrido muy peculiar con Clearwatter Lake Tours, en un taxi especial: un vehículo con techo y ventana frontal transparente, descubierto de los lados, hecho especialmente para dar un paseo en temperaturas extremas y poder tener una visión de 360 grados sin perder ningún detalle en plena nevada.
Luego de un largo recorrido llegamos a un campo abierto rodeado de cedros, el guía se detuvo y montó leña para encender una fogata, preparar el almuerzo, recobrar calor y beber chocolate caliente. Uno de los hombres que ayudó a montar las cosas puso en mi mano un trozo de salmón ahumado a temperatura ambiente, otra de las tradiciones de la zona.
Luego realizamos una caminata por las Mushbowl Falls, siete pequeñas cascadas que conforman una catarata sobre un río congelado.
El recorrido terminó en Dawson Falls, que por su anchura son consideradas como unas cataratas del Niágara en una menor escala.
Tras un largo día de actividades, regresé a mi hotel, el Clearwater Lodge. Ahí bebí cervezas con arce y cené hamburguesas en
The Gateway Grill, el restaurante del lugar, sencillo y acogedor con una carta de cocina internacional, desde pasta hasta cortes de carne, todos con buenas porciones y guarniciones de toque local que me dejaron un excelente sabor de boca de Canadá.
SPOTS PARA COMER
THE GATEWAY GRILL
Ambiente amigable, hay una gran selección de cerveza local.
368 Eden Rd, Clearwater
VOYAGER BISTRO
Ideal para un plato de charcutería acompañado de vino de la región.
270 Village Way, Sun Peaks