No hay nada como la energía de las grandes ciudades en Estados Unidos, pero a veces necesitamos un descanso del ritmo agitado. Mira estas recomendaciones.
No hay nada como la energía de las grandes ciudades en Estados Unidos, pero a veces necesitamos un descanso de ese ritmo agitado, o incluso unas vacaciones de las vacaciones. Por eso hemos reunido algunas opciones de pueblos y pequeñas ciudades con encanto arquitectónico, historia, gastronomía única, belleza escénica y natural para comenzar a planear tu siguiente escapada.
Ubicado en las montañas de San Juan del suroeste de Colorado, Telluride es una joya escondida en las Montañas Rocosas. Fundada como un pueblo minero a finales de 1800, está impregnada de historia con un paisaje deslumbrante que, sin duda, es uno de los más bellos del estado. Su combinación de arquitectura histórica, hoteles de clase mundial, spas y restaurantes locales hacen que cualquier visita sea inolvidable. Unidos por una góndola gratuita, Telluride y el vecino Mountain Village combinan sin esfuerzo lujo y sofisticación con encanto histórico y el espíritu alpino.
Telluride, según los locales, es un lugar donde la gente viene para el invierno y se queda por el verano. Pocos lugares rivalizan con el paisaje, las actividades al aire libre y el espíritu único del pueblo, y su designación como “Capital de los festivales del suroeste” significa que nunca hay escasez de actividad.
Ninguna exploración de la costa central de California está completa sin una estadía en Carmel-by-the-Sea, una ciudad tan conocida por sus compras como por su exfuncionario público más famoso, el Honorable Alcalde Clint Eastwood. Esta pintoresca amalgama de galerías de arte, boutiques, hoteles, tiendas, salas de degustación, excelentes restaurantes y casas de estilo colonial, evocan un ambiente de libro de cuentos que pueden apreciar los románticos de todas las edades.
Si solo existiera la playa, sería suficiente. Es una playa encantadora, una media luna de arena blanca que da paso al Pacífico turquesa, respaldada por cipreses de Monterey, cuyo follaje se aplana en amplios abanicos por el viento costero. Pero Carmel Beach no es la única estrella de la pequeña ciudad del condado de Monterey. Más bien, es un conjunto de encantos lo que hace de Carmel-by-the-Sea un destino tan encantador, digno de distinciones y premios pero también atracción magnética de artistas y autores. El poeta Robinson Jeffers, que llegó con su esposa en 1914, llamó a la ciudad “nuestro lugar inevitable” y construyó su Tor House de piedra, ahora abierta los fines de semana para visitas guiadas, con vista al océano. Esa rica historia de creatividad ha dejado su huella: hoy, Carmel alberga casi 100 galerías de arte.
Esta hermosa ciudad del desierto se encuentra a unas dos horas del Parque Nacional del Gran Cañón y a menos de una hora de Flagstaff, en el estado de Arizona, por lo que es una parada ideal en un viaje por carretera al suroeste de Estados Unidos. Sedona está rodeada de majestuosas formaciones rocosas carmesíes, por lo que es un destino popular para los viajeros amantes de las experiencias al aire libre que buscan caminatas escénicas. Considerada por los nativos americanos como sagrada, también es reconocida como un lugar de curación y renovación espiritual por lo que es un destino ideal para los viajeros en busca de experiencias de bienestar.
¿Qué tal una caminata en cualquiera de los innumerables senderos? que van desde paseos tranquilos hasta largas y desafiantes caminatas con mochila. Prueba algo nuevo, como caminar por un laberinto, fotografiar tu aura o disfrutar de un masaje descontracturante después de una mañana de hiking.
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Cuando Henry Hudson navegó río arriba el Half Moon en 1609, fue el primero de una larga lista de personas notables (presidentes, inventores e industriales, líderes militares y religiosos, activistas, artistas y autores) que dieron forma a la historia de Hudson Valley en Nueva York y los Estados Unidos. Más de cuatro siglos de historia viven en importantes sitios y museos abiertos al público, desde el imponente Hart Cluett Museum hasta la fabulosa Lyndhurst Mansion.
Designado como un Área de Patrimonio Nacional, el valle está lleno de historia, belleza natural, cultura y una floreciente escena de mercado de alimentos y agricultores. Entre muchos atributos, es la zona productora de vino más antigua del país, y el magnífico paisaje inspiró a artistas cuyo trabajo se convirtió en el famoso movimiento Hudson River School.
Puede que Charleston en Carolina del Sur sea una pequeña ciudad, pero la ciudad más antigua del estado ofrece un gran número de actividades: hermosas playas, historia, arquitectura, cultura, gastronomía, deportes al aire libre, compras y mucho encanto. Mires donde mires, la ciudad tiene una hermosa mansión o una calle adoquinada para explorar, la versión más elegante del encanto sureño, en perfecta armonía con el arte contemporáneo y la moda callejera. Las raíces de la ciudad pueden ser su rica historia sureña, pero Charleston se encuentra completamente en el presente.
Sin duda, la escena gastronómica es uno de los mayores atractivos de la ciudad en estos días, y uno que habitualmente supera las expectativas. No solo encontrarás las clásicas barbacoas del sur de los Estados Unidos, mariscos y platillos típicos de Low Country, desde interpretaciones tradicionales como modernas, hasta restaurantes galardonados.
Pasea por el histórico Charleston City Market para comprar artesanía local hecha a mano y disfruta de bocadillos tradicionales o da un tour en carruaje para ver las impresionantes casas de antes de la Guerra Civil. También, visita el pintoresco Shem Creek Park en el Puerto de Charleston donde podrás comer en alguno de los restaurantes frente al mar o meterte al agua y explorar la zona en kayak.
Situada en el corazón de las Ozark Mountains, Eureka Springs en el estado de Arkansas, es una ciudad histórica con mucho carácter y un paraíso para los amantes de la naturaleza, con calles serpenteantes que recorren la montaña, kilómetros de bosques y pintorescos lagos y ríos.
Pero debajo de las colinas y bosques de Ozark yace todo un inframundo muy rico de explorar: numerosas cuevas y cavernas que se consideran “vivas”, porque caen gotas de agua y siguen evolucionando, lo que las mantiene frescas durante todo el año. Recorre esta tierra subterránea llena de lagos, laberintos y formaciones rocosas en el Onyx Cave Park, donde los amantes de la geología podrán descubrir criaturas de la cueva, cristales y fósiles. Una forma de experimentar el sistema de cuevas es dormir allí – Eureka Springs Treehouses, Caves, Castles and Hobbits es un lugar como ningún otro, donde puedes dormir bajo tierra toda la noche.
¿Te preguntas dónde están las fuentes de agua? Explora las icónicas aguas salpicadas por toda la ciudad en jardines y parques, o prueba el folclore local en el Magnetic Spring Park, hogar de una fuente termal que, según lo que se dice, magnetiza cualquier metal que entre en contacto con sus místicas aguas.
La Universidad de Yale es el corazón de New Haven, Connecticut y tanto el campus como la ciudad portuaria exudan historia, allí donde los ríos Mill y Quinnipiac fluyen hasta el New Haven Harbor. Los diferentes distritos alrededor de New Haven ofrecen experiencias culturales, artísticas y recreativas.
Primero, asegúrate de planificar un recorrido por el campus para visitar los espacios llenos de recuerdos de la Universidad Yale, fundada en 1701. Sorpréndete con la arquitectura de los edificios históricos, desde majestuosas y antiguas fachadas de ladrillos hasta la inusual estructura de mitad de siglo que ofrece la Beinecke Rare Book & Manuscript Library.
Recorre el Chapel Historic District para comprar y apreciar los museos, las galerías de arte y, comúnmente, espectáculos en vivo. También podrás contemplar varios de estos últimos en el Shubert Theatre o en el ganador del premio Tony, el Long Wharf Theatre. Tómate tu tiempo y escucha tocar a la New Haven Symphony Orchestra y por último visita el New Haven Museum para una perspectiva más profunda de la abundante historia de esta zona.
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St. Pete/Clearwater, una joya resplandeciente en la costa del golfo de Florida, tiene los ingredientes perfectos para unas vacaciones de desconexión: hermosas playas, arte y diversión para toda la familia y gastronomía “del golfo a la mesa”.
Con más de 56 kilómetros de playas para elegir, podrás disfrutar de diferentes experiencias cada día de tu viaje. Dirígete al Fort De Soto Park en el extremo sur de la región para acercarte a la naturaleza de una forma única. Las cinco pintorescas islas que conforman el parque son un centro de vida marina. Alquila un kayak para aventura acuática; puede que veas manatíes pastando en las aguas poco profundas, delfines jugando en las olas y tortugas marinas desplazándose por las corrientes.
En “la capital mundial del mero”, encontrarás este plato, el favorito del lugar, en la sección principal de los menús durante todo el año. Generalmente, se sirve como un filete frito de color dorado dentro de una pieza de pan con una salsa tártara ácida, aunque su sabor sutil lo hace adecuado para platos especiales como tacos de pescado y sustanciosas croquetas de pescado.
Escápate a Savannah, una ciudad chic y sofisticada, con mucho que contar. La ciudad más antigua de Georgia es famosa por su historia, sus bellezas naturales, su arquitectura ecléctica y su ambiente romántico. Cada plaza cuenta una historia de generaciones pasadas, con la ventaja adicional de ofrecer modernas boutiques, galerías y restaurantes de alto nivel. La comida, el arte y la música, mezclados con un ambiente hospitalario y divertido a la vez, hacen que una visita a esta ciudad sea una experiencia que no podrás encontrar en ninguna otra parte.
Comienza con un paseo por el distrito histórico entre carruajes, arquitectura ornamentada y edificios que son un encanto. Reserva con tiempo para conseguir una habitación en el Gastonian, un histórico bed and breakfast situado a solo dos cuadras del Forsyth Park. Y para disfrutar de una fantástica experiencia gastronómica, debes ir al restaurante nominado al premio James Beard, The Grey, un antiguo depósito de autobuses art deco elegantemente restaurado, donde los chefs Mashama Bailey y Johno Morisano sirven versiones elevadas de clásicos sureños, como foie y sémola de maíz con bagre frito en tempura.
Ubicada en el medio de la nada a tres horas de El Paso en Texas, Marfa se convirtió en una ciudad querida por el mundo del arte cuando Donald Judd se mudó allí en 1971. Desde entonces, artistas y diseñadores de todo el mundo se han sentido atraídos por esta pequeña ciudad, que ahora es hogar de la Fundación Chinati, la Fundación Judd y un puñado de galerías. Pero no sin comprometer las franjas de naturaleza y edificios icónicos como el Presidio County Courthouse de estilo italiano, construido en 1886.
Antes de Judd, Marfa era famosa por otro personaje creativo: el fallecido actor James Dean. Junto con Elizabeth Taylor y Rock Hudson, Dean protagonizó el clásico del cine, “Giant”, que se grabó aquí en 1956. Los amantes del cine reconocerán inmediatamente la icónica imagen de Dean recostado en un antiguo auto Modelo T, con la mansión Reata y las amplias planicies de Texas de fondo. Actualmente, puedes alojarte en el histórico hotel que albergó al elenco, el Hotel Paisano, o puedes beber una de sus famosas margaritas en el bar Jett’s Grill, cuyo nombre se colocó en honor al personaje de Dean en la película.
Fiel a la cultura creativa de Marfa, se realizan festivales de cine y música durante todo el año. El Trans-Pecos Festival of Music and Love se realiza a finales de septiembre en El Cosmico, un centro para los músicos y artistas locales en el que los visitantes se hospedan en tráileres Airstream clásicos o en tiendas. Tanto el Viva Big Bend Music Festival como el Marfa Film Festival se realizan en julio, atrayendo a artistas, cineastas y público en general proveniente de todo el mundo.
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