Michael Pollan en su libro “Cocinar” Parte I, nos habla del fuego, de su uso dentro de la cocina y de su carga simbolica, evolutiva y alimentaria.
Michael Pollan en su libro “Cocinar. Parte I: Fuego” nos habla del fuego como un elemento indispensable para el humano, la cocina y el entorno dentro de la misma.
Por Pamela Trejo.
El escritor, periodista, docente, pero principalmente activista de slow food , Michael Pollan, es un fanático de cocinar, sí, de cocinar desde cero los platillos que se prepara en casa, de regresar a las manos y los métodos para reconocer de dónde vienen y como se sienten los ingredientes, para no dejar que el consumo industrializado se apodere de nuestros alimentos.
Uno de los temas más debatibles entre los antropólogos, arqueólogos y la culinaria, es el inicio de la “civilización” y su estrecha relación con el fuego. Mucho se dice acerca de este tema; el fuego creó al hombre como lo conocemos, pero debido a la falta de documentos concretos y el rigor que se necesita para tocar esto, sólo se pueden basar en los restos encontrados en la “Edad de piedra” de cocinas, hornos, vestigios de “cazuelas” e intentar encontrar en los relatos “la verdad”.
Hay ciertas teorías para explicar el origen del hombre a partir del fuego, como menciona Michel Pollan en su libro; unas más locas que otras y tan antañas como actuales, como Sigmund Freud, pues hace referencia a que el momento en dónde el Homo necesitó del fuego, fue cuando apagó este mismo con su orina y así surgió la necesidad de regularlo y de aprender de él.
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Otra de las teorías mencionadas en el libro es de Charles Lam. Este escritor ingles menciona que la carne se comía cruda, hasta que el arte de asar lo descubrió un joven chino llamado Bo-bo, que sin querer incendió a varios lechones; cuando él y su papá probaron los lechones quemados quedaron encantados, reproduciendo así este fatídico hecho.
En este libro se menciona el humo del fuego ofrecido a Dios, narrando momentos específicos del libro de la Biblia y sus personajes en dónde este elemento de la naturaleza fue importante para nuestra relación espiritual, con los dioses de otras épocas, con los ancestros y con su bendición hacia el lado humano.
Pero lo más sorprendente es el uso del fuego en las diferentes culturas alimentarias, que se encuentra presente como uso ritual, ceremonial, nutritivo, alimentario y que, como menciona Michael Pollan en sus investigaciones, fue un instrumento evolutivo, pues sin éste, la mandíbula y el cráneo del Homo no hubieran cambiado su forma para dar pie a las características del Homo Erectus, con mandíbulas y dientes modificados para desgarrar, así como el inicio de la preservación de los alimentos y su final establecimiento en puntos estratégicos (sedentarismo).
Para finalizar, hay ciertas conclusiones a las que llega este escritor: el fuego es un elemento imponente e importante que sirve para proveer de energía a las personas que lo consumen, al igual que mejora la textura y el sabor.
Pero principalmente, el mundo de la alimentación dio un giro inesperado al instante en el que se empezaron a cocinar los alimentos, dando pie a nuevas experiencias gastronómicas, a nuevos tipos de cocción con fuego y a un sin fin de experimentos que siguen apareciendo.
El escritor Michel Pollan deja muchos relatos y anécdotas de su encuentro con el elemento del fuego en la cocina, muchos de ellos ocurrieron al sur de Estados Unidos con las famosas y tradicionales BBQ´s que preparan con mucho trabajo y dedicación; al igual, nos relata las experiencias en su propia cocina y las remembranzas de cuando era pequeño y participaba activamente en diversas celebraciones culinarias.
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Lo que nos queda claro con este capítulo es que el fuego es un medio para cocinar que debe ser respetado, que se debe trabajar con dedicación, paciencia y que ha estado presente entre nosotros como un elemento prioritario para nuestra conexión con la comida y la cocina.
El libro lo consigues en Mercado libre con un costo de $500 pesos.
No te pierdas las siguientes notas de los otros capítulos: Agua, Aire y Tierra.