Te compartimos 5 nombres en mixteco –lengua originaria de Oaxaca– de alimentos que no faltan en el altar de Día de Muertos.
Instalar un altar en casa, para ahí poner alimentos y bebidas como ofrenda para quienes se nos adelantaron, es toda una tradición en México. En los pueblos mixtecos de la Costa de Oaxaca muchos de estos tienen su nombre en lengua originaria. Conoce estos 5 nombres en mixteco -de la variante del municipio de San Pedro Jicayán- de alimentos que no faltan en el altar de Día de Muertos.
Como ocurre con otras lenguas, el mixteco o tu’un savi (palabra de la lluvia, por su traducción al español) tiene gran relación con los alimentos, pues muchos de ellos son consumidos desde antes de la llegada de los españoles. Así que sus nombres lo tienen desde aquellos tiempos.
Este es un elemento icónico de la celebración, por lo que no puede faltar en lo que muchas personas conocen también como ‘ofrenda’. En localidades como Huazolotitlán, Pinotepa Nacional y otros, es tradicional el pan alargado en forma de cuerpo humano y con carita.
El pan es de yema y se produce de manera artesanal y en hornos de leña, por lo que su sabor es delicioso.
La variedad de tamales que se preparan en Oaxaca es inmensa, por lo que muchas de ellas no faltan en esta festividad. Podemos encontrar en los altares tamales de mole, chileajo, armadillo, dulce, elote, tichinda, calabaza, chicatanas y más.
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En la época prehispánica el atole era un alimento de las poblaciones y se preparaba de muchas maneras. Esta es una herencia que se preserva hasta el día de hoy; en los altares podemos encontrar el tradicional de granillo, de masa o con leche.
Aunque es cada vez menos frecuente, todavía hay muchas personas que cocinan los atoles en el fogón, con leña.
El otoño es la temporada en que se cosecha la calabaza en sus diferentes variedades, así que tampoco pierde participación en esta celebración. El dulce de este fruto es muy sencillo de preparar, pues solo se cocina con panela o piloncillo, agua y unas pizcas de sal.
Esta tortilla tostada y con textura crujiente es de alto consumo en la Costa de Oaxaca. Se prepara durante todo el año y su elaboración es un tanto más compleja que las tortillas tradicionales. Y por ser parte de la alimentación cotidiana, tampoco falta en el altar para ofrendar a los familiares que ya no están.
En muchas comunidades originarias estas y otras palabras empiezan a disminuir su uso, debido a que las nuevas generaciones optan por emplear palabras de otras lenguas.
Así que el Día de Muertos es una oportunidad para motivar a que se hable en las 68 lenguas originarias que hay en el país, para que estas se mantengan vivas por muchos años, y sobre todo recordando que estas lenguas tienen una estrecha relación con la gastronomía.