Hay espacios que se recuerdan más allá de la visita, y Xuna, el nuevo restaurante dentro de Casa Izel en la Roma Norte, se integra […]
Hay espacios que se recuerdan más allá de la visita, y Xuna, el nuevo restaurante dentro de Casa Izel en la Roma Norte, se integra naturalmente a esa categoría. Desde el primer momento, el lugar propone una lectura contemporánea de la cocina mexicana, donde la tradición se fusiona con técnicas actuales y el producto.
Además, cada platillo se construye desde el respeto a los ingredientes, priorizando sabores reconocibles y procesos bien ejecutados. Por ello, la propuesta de Xuna en Casa Izel propone conectar con la memoria culinaria mexicana desde una mirada actual. Su menú compone preparaciones que remiten al origen, pero se presentan con un lenguaje contemporáneo. En consecuencia, el lugar se consolida como un punto de referencia para quienes buscan gastronomía mexicana actual, en un entorno cuidado y con identidad propia.
Bajo la visión del Chef Jonatán Gómez Luna, Chef Mentor 2025 de la Guía Michelin México, Xuna construye una propuesta sólida donde la tradición se reinterpreta con respeto, técnica y memoria. Los platillos honran recetas, productos y procesos sin romper su esencia.
Xuna significa “Gran Señora”, es un reconocimiento a las cocineras que estuvieron antes, a esas recetas que pasaron de mano en mano y a un México que sigue disfrutando entre lo antiguo y lo actual. Además, Xuna vive dentro de Casa Izel, una casa de la Roma que alberga historia. El lugar se encuentra en la parte baja, al entrar, los detalles, la luz, los materiales y el silencio son ideales para disfrutar en compañía con un delicioso menú.
Por otro lado, Jonatán Gómez Luna construyó un menú que se lee como una carta personal a la cocina mexicana. Hay maíces nativos, chiles de distintas regiones y sabores que recuerdan a la mesa de casa, aunque reinterpretados. No se trata de copiar recetas, sino de entenderlas.
El restaurante propone distintas propuestas para quienes prefieren probar varios tiempos, y también para quienes tienen diferentes antojos. Por un lado, hay tres menús degustación que marcan el ritmo de la comida: menú de 6 tiempos, o de 14 tiempos y 16 tiempos. Además, cada uno puede disfrutarse con opción de maridaje, si quieres que cada plato llegue acompañado por una bebida pensada para armonizar sabores. En cualquiera de los tres menús hay un inicio que siempre se repite, llegan tres bocados que funcionan como bienvenida.
Te podría interesar: Pavo frito: una técnica popular que está rodeada de peligro
Primero aparece una margarita floral, fresca. Después, siguen quelites con tartar de hamachi y macha marina, un bocado que equilibra lo verde con lo marino. Finalmente, llega un crujiente de maíz con huitlacoche y trufa, más profundo e intenso, y con ese cierre que te deja esperando lo que sigue.
Si buscas una visita más breve, el menú de 6 tiempos. En cambio, el menú de 14 tiempos permite un recorrido más amplio, ideal para quien quiere probar más matices. Y, para cerrar, el maridaje suma un extra cuando quieres que la comida se combine con algún vino.
Te podría interesar: Oxomio, la marca de lujo hecha con plantas que ayudan a tu salud
Cuando te sientas a la mesa en Xuna, hay platillos que simplemente no puedes dejar pasar, y todo comienza con sus entradas. Para empezar, los escamoles con chileatole y tuétano rostizado son un absoluto must, tanto por sabor como por técnica. Además, llegan acompañados de tortillas recién horneadas, ideales para armar pequeños tacos que concentran tradición y cuidado en cada bocado.
Por otro lado, si buscas algo fresco, la tostada de centollo es una elección acertada. Aquí, las texturas y sabores conviven en equilibrio, creando un plato preciso donde cada elemento mantiene su identidad.
Te podría interesar: Pati Jinich nos enseña a preparar una tarta de mango Ataulfo
Ahora bien, al pasar a los platos fuertes, la lengua con plátano rostizado y mole negro se roba toda la atención. La cocción es impecable, logrando una textura suave, mientras que el mole aporta profundidad sin resultar dominante. Después de los platos salados, el momento dulce también tuvo un lugar destacado dentro del recorrido por Xuna. En primer lugar, llegó una marquesita yucateca, reinterpretada con una ejecución más fina, aunque conservando el sabor que remite a su versión tradicional.
Posteriormente, se presentó “No Todo lo que Brilla es Oro”, un postre elaborado con vainilla, habatonka y cacao, donde los sabores se integran con sutileza y equilibrio. Para acompañarlo, se sirvió el cóctel Flor de Media Noche, preparado con Reserva de la Familia Añejo Cristalino, logrando un maridaje que aporta profundidad sin restar protagonismo al postre. Así, el cierre dulce reafirma la propuesta de Xuna, donde cada detalle está pensado para rendir homenaje a los ingredientes y a la memoria gastronómica de México.
Detrás de la propuesta gastronómica de Xuna hay un trabajo constante que se construye todos los días desde la cocina. Quién sostiene esa visión es el chef ejecutivo Efrén Chan, responsable de guiar al equipo y convertir las ideas en platos bien ejecutados, con coherencia y respeto por el origen.
Originario de Campeche y formado en Yucatán, Efrén Chan inició su carrera desde muy joven con el objetivo de entender la cocina desde la disciplina y el aprendizaje continuo. Por ello, buscó preparación en cocinas de alto nivel internacional, pasando por espacios como Alain Ducasse au Plaza Athénée y Le Chateaubriand en París, Amelia en el País Vasco y Le Chique en Cancún.
A lo largo de su trayectoria, también colaboró con proyectos clave de la gastronomía contemporánea, entre ellos Hotel Chablé Yucatán, Ixi’im, Pujol en la Ciudad de México, Alcalde en Guadalajara y Mezcal en Los Cabos. Cada una de estas experiencias fortaleció su visión técnica y su capacidad de liderazgo.