Sentir el aroma a mantequilla y caramelo quemado son recuerdos de amor y apapacho. De niños, la fantasía de comer algo dulce siempre implicaba hacer cosas para merecerlo, algo muy de las familias de nuestra época. Daniela Moreno recuerda que en su caso, sus padres no veían la profesión de pastelera como algo a futuro, siempre quisieron que se especializara en medicina, derecho o algo que le diera un trabajo provechoso. Pero jamás la cocina.
Estudió la carrera de contaduría pública en la UP, pero eso no la detuvo. Conoció a Santiago Muñoz —otro cocinero que gracias a su amor por el maíz, es una de las jóvenes promesas dentro del ámbito culinario—. Y juntos fundaron Maizajo, un proyecto que trabaja con ejemplares endémicos de maíz rojo, blanco y amarillo proveniente de la sierra del centro del país.
En Maizajo, ella aplicó su conocimiento en contaduría y ayudó a Santiago en la parte operativa y de desarrollo. Ahora con espacio en su ajetreada agenda, esta audaz cocinera decidió seguir su pasión y emprender como pastelera.
Sus primeras recetas le recordaban a su abuela; sin embargo, poco a poco ha evolucionado la parte técnica y clara muestra de ello es su infladita de maíz azul con crema de zapote negro, un postre poco común que el propio Gerardo Vázquez Lugo incorporó a la carta de Nicos.
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“Recuerdo que lo que menos apreciaba era el pay de limón con galleta María, ese que las abuelas o tías hacen por su practicidad y que para muchos es uno de los más sencillos y deliciosos”, comenta Daniela. Sin embargo, es uno de los favoritos de Santiago, por eso es que hice una versión del clásico, dándole un giro más gurmet. El relleno es una delicada y untable crema de limón con la base de las galletas de vainilla.”
Para Daniela el camino al éxito es paulatino, siempre en búsqueda de crecimiento personal, a ella no le importa el qué dirán, porque tiene muy claras las metas a futuro y sabe que el respeto entre cocineros es primordial para crecer dentro del medio y la cultura culinaria del país.
Con Maizajo, ambos cocineros demuestran que el trabajo en equipo y el apoyo entre colegas del medio es fundamental para rescatar nuestras costumbres y así enaltecer no solo el producto sino para engrandecer a la cocina misma.