Con la creciente oleada tecnológica y nuestra continua necesidad de estar conectados ha aumentado el número de personas que visita restaurantes y trabaja en su […]
Con la creciente oleada tecnológica y nuestra continua necesidad de estar conectados ha aumentado el número de personas que visita restaurantes y trabaja en su computadora mientras come. Si bien nuestros smartphones ya hacen de todo, la realidad es que hay cosas en las que aún no sustituyen a las computadoras portátiles y ahí es cuando el internet inalámbrico de varios establecimientos nos hace ojitos para trabajar mientras comemos algo rico y bebemos una bebida deliciosa ¿Será que cuando vamos a estos sitios hay un protocolo de modales a seguir? Estas son algunas de las reglas de convivencia básica en este caso:
1.- Observa el entorno
Que tu mantra sea “a donde fueres haz lo que vieres”. Si ves que el lugar está muy lleno, hay dos posibilidades: Que el internet esté muy lento o que no te dejen quedarte en la mesa por mucho tiempo para que otros clientes puedan pasar. Recuerda que se trata de un negocio y por mayor atención que brinden a sus clientes, no es muy cortés estar cinco horas si solo vas a pedir un café o te excedes en el refill de tu bebida. Si de pronto sientes muchas miradas encima, quizá sea tiempo de tomar un break y seguir trabajando en casa o la oficina, sobre todo si es hora pico.
2.- El tiempo corre
No se trata de echar carreritas o trabajar con cronómetro, solo trata de concentrarte para ser más eficiente y no pasar tanto tiempo en restaurantes sin disfrutar lo principal del lugar: la comida. Por el contrario, si te acostumbras a comer mientras trabajas, crearás patrones que a la larga podrían afectar tu salud así que piensa dos veces cuando te pongas una máximo de tiempo para trabajar en el exterior. La regla es que “una vez que terminas tu comida, a lo mucho te quedas 30 minutos más haciendo sobremesa”, más de ese tiempo ya es un exceso. Considera las costumbres del lugar, si su concepto es convertirse en una oficina con alimentos para sus clientes, siéntete como en casa pero jamás te quites los zapatos.
3.- Sé amable
Velo como si estuvieras rentando espacio y comodidad. Por favor no llegues con comida externa o dejes todo desordenado, compórtate como si en verdad estuvieras en tu oficina y modula el volumen en tus conversaciones para no importunar al resto de los comensales. Recuerda que el respeto mutuo es imprescindible y ten presente que cualquier negocio necesita circulación para generar sus ingresos. Aprovecha para probar cosas nuevas o darte gusto con ese postre al que no le dejas espacio cuando vas solo a comer, sácale provecho a tus visitas haciendo amistades y saboreando nuevos sazones.
Con información de bonappetit.com
Por Ingrid Cubas @ingrid_cb