Bar Oriente es un espacio para degustar un buen trago, comida japonesa y música en vivo.
Lo de ahora son los gastropubs. Ya no es suficiente un bar con buenos tragos, también es justo y necesario que su cocina tenga una oferta cuidada y que consienta los paladares exigentes. Por ello, no es extraño que en la ciudad cada vez surjan más opciones de este estilo.
Por Alina Hernández @alinahernan
Un ejemplo de ello es Bar Oriente, un espacio para degustar un buen trago, comida japonesa y música en vivo. Aquí cabe aclarar que NO son un sushi bar; de hecho es un plato que no se encuentra aquí, ni se encontrará.
En el espacio que alguna vez fue Rhodesia, ahora existe un espacio abierto, con motivos orgánicos, que te invita a escuchar música, tomar un trago y disfrutar de las creaciones culinarias en las que convergen el oriente y el occidente.
Los chefs Bruno Nomura –con ascendencia japonesa– y Filipe Neves –de origen portugués–, tendieron un puente entre la auténtica comida japonesa y los ingredientes locales mexicanos. Es así que adaptaron la técnica del Robatayaki dentro de la cocina de Bar Oriente.
Robatayaki es una técnica tradicional japonesa creada por pescadores. Ellos, al estar en altamar, necesitaban asar los alimentos provenientes del mar, por lo que idearon una especie de horno tipo BBQ, para cocinar al calor de las brasas, pescados y mariscos acomodados cuidadosamente en brochetas.
La carta de Bar Oriente tiene un aspecto muy particular, pues cambia semanalmente y los platillos nunca son los mismos. Al respecto, el chef Nomura menciona que “no estamos casados con el menú, sino con los estilos de preparación. Estamos a la merced de los productos y su temporalidad”. Así que aunque no pruebes lo mismo, sí podrás comer brochetas, tiraditos y ensaladas con un toque diferente y japonés cada vez que vayas.
A nosotros nos tocó comer un tiradito de robata, camarón asado y leche de tigre. También, brochetas de wagyu, pork belly con tamarindo, y una de berenjena con yema de huevo y miso. Los productos del mar se traen de Ensenada, a través de Ezequiel Hernández, distribuidor que le surte a restaurantes de la talla de Pujol y Quintonil. Las salsas, que no tienen una variación en el menú tan rápida como la de los alimentos, se fermentan in house.
Los tragos tienen una inspiración oriental. Son frescos y algunos incluyen en su preparación sake, matcha y otros elementos asiáticos. Además, para no perder la bonita costumbre japonesa, hay un karaoke privado que puedes rentar para tu grupo de amigos.
Es una parada obligada para los amantes de la comida japonesa y la coctelería con Sake. Te encantará.