A Paco Roncero y Bricio Domínguez se les bota La Canica

San Miguel de Allende es más que calles mágicas, se ha posicionado como uno de los destinos turísticos que resulta imprescindible visitar en nuestro país. Desde hace algunos años, se ha sumado el flanco gastronómico a su propuesta arquitectónica y cultural, pero a partir de ahora, un lugar en particular llamará la atención de los foodies de todo el mundo: La Canica.

Una tarde cuando los chefs Paco Roncero y Bricio Domínguez compartían una botella de champaña, dijeron seguros que algún día tendrían un proyecto juntos. Pese a la distancia, se animaron a desarrollar la idea y entre llamados que Paco atendía en Colombia para MasterChef, Bricio buscaba el lugar que fuera acorde a la idea que tenía clara y constante en su mente. No fue hasta encontrar un espacio en Paliseca #2 en el Centro de San Miguel de Allende que supo que había encontrado el sitio ideal, explorando encontró un bote lleno de canicas dentro de uno de los closets y así lo supo: Tenía que llamarse “La Canica”.

Ahora bromea con que se le botó la canica para haber formulado algo tan atípico, un lugar dedicado a los transeúntes con comida que mezcla la cocina asiática, española, americana y mexicana, que con miras a un futuro, llegará al extranjero para exportar la cocina guanajuatense.

Este restaurante recién inaugurado es la mezcla de ideas y experiencia de Paco Roncero, el ideal representante de la cocina de vanguardia en España cuyo restaurante “La Terraza del Casino” cuenta con dos estrellas Michelín, a este reconocimiento se le suman muchos más a lo largo de su carrera donde el TopChef español divide su tiempo para viajar a sus restaurantes en Madrid y Colombia por mencionar algunos. Por su parte, Bricio Domínguez nació en Toluca pero su trayectoria en el ámbito restaurantero lo llevó a Guanajuato. Así fueron surgiendo “El Jardín de los Milagros”, “Nextia” y “13 Cielos”, siempre involucrando a sus hijos Juan Pablo y Alonso que han demostrado haber heredado el talento culinario de su padre y tener la inspiración divina para ofrecer platillos sublimes a la vista y mejor aún, al gusto. Javier, el hijo de Paco Roncero, también estuvo presente en todo el proceso de creación de La Canica. Así se da paso a una nueva generación de chefs que en un futuro tendrá la encomienda de exportar la Canica y los proyectos propios al extranjero, con éxito garantizado por la formación  y ejemplos con los que ya cuentan.

Fotografía de Twitter

La Canica nace del deseo de traer la tradición española de las tapas a Guanajuato para fusionarla con la comida de convento propia de este sitio que provee una gran cantidad de productos orgánicos, lo que se presta para usar ingredientes frescos y tradicionales, además de que motiva a Bricio a postular a Guanajuato como la Capital Nacional del Producto Orgánico.

Fotografía de Twitter

Para ambos chefs, abrir un restaurante implica un gran compromiso, principalmente para crear emociones en sus comensales. No hay platillo que se pruebe en cualquiera de sus restaurantes que no evoque algún recuerdo o que no incite a desear compartir con alguien especial el manjar que estamos disfrutando. Las palabras fluyen, los antojos ceden y sus menús son tan amplios como uno se permita recorrerles.

Fotografías de Twitter

Contrario a lo que muchos dicen, la labor de Paco y Bricio en La Canica NO es “rescatar” la cocina mexicana, pues literalmente no pide ayuda para ser rescatada, solo necesita que nosotros como mexicanos estemos orgullosos de nuestros sabores para que el mundo entero les dé su lugar.

Tomen esta invitación abierta y aventúrense a saborear cada detalle, el color y la riqueza de nuestro país, porque Guanajuato sí sabe y lo hace de maravilla en La Canica, no oliven pasar a conocer Nextia y 13 Cielos, comer ahí es un deleite.

Por Ingrid Cubas
@ingrid_cb