Razones por las que deberías evitar que lleguen microplásticos a tu comida

Los plásticos han revolucionado nuestra vida cotidiana, pero su producción masiva ha generado un grave problema ambiental: la contaminación por microplásticos. Estas diminutas partículas de plástico, invisibles a simple vista, se están infiltrando en los cuerpos de agua hasta conducirse a nuestra cadena alimentaria. En esta nota, exploraremos cómo los microplásticos llegan a nuestros alimentos, los riesgos que representan y qué podemos hacer para reducir la exposición.

Por: Desiree Perea

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Invasores diminutos en la comida, así son los microplásticos

Antes de adentrarnos en la contaminación que generan, es importante comprender su definición. Los microplásticos son fragmentos de plástico de menos de 5 milímetros; a simple vista, es imposible identificarlos. Pueden provenir de la degradación de objetos plásticos más grandes, como botellas o bolsas.

Los microplásticos cada vez se presentan con mayor frecuencia en los alimentos. — Partes de plástico contaminantes. Foto de Flickr.

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Conforme reducen su tamaño, las partículas se vuelven mucho más volátiles, logrando que lleguen a un sinfín de lugares. Su presencia en la comida es la situación más alarmante, ya que terminan llegando al consumo humano. Son tres vías a través de las cuales pueden llegar a la industria alimentaria:

Vía marítima: Terminan en los océanos y los organismos marinos los ingieren, incorporándolos a la cadena alimentaria.
A través de la agricultura: Contaminan los suelos agrícolas y se absorben por las plantas.
Envasado de alimentos: Algunos alimentos pueden contaminarse durante el proceso de envasado.

La contaminación por microplásticos es un problema global que requiere solución urgente. Es importante ser consiente de este enemigo silencioso para poder realizar cambios en cuanto al consumo. No solo enfocado al bienestar del organismo, sino también enfocados hacia el cuidado y preservación del medio ambiente.

1. Sustancias tóxicas

Los microplásticos contienen aditivos químicos, que están asociados con problemas hormonales. Muchas veces, el tema de los microplásticos se vuelve una completa contradicción, pues al intentar comprar alimentos naturales u orgánicos, pero se empaquetan en plástico, su propósito saludable pierde todo el sentido. Los alimentos naturales son realmente vulnerables cuando se exponen a este tipo de contaminante, por lo que es importante hacer compras de manera inteligente.

2. Acumulación en órganos

Otro elemento importante a considerar es que los microplásticos pueden acumularse en órganos como el hígado, los pulmones e incluso pueden ingresar al torrente sanguíneo. Cuando los microplásticos ingresan al organismo, pueden desencadenar inflamación y daño celular, lo que está relacionado con enfermedades crónicas como trastornos cardiovasculares. Aunque no se identifican a simple vista, la contaminación es casi segura cuando se adquieren productos empaquetados.

3. Contaminación ambiental

Aunque no está directamente relacionado con la alimentación, los microplástlcos tienen efecto en el entorno. Al formar parte importante del almacenamiento de la comida, el plástico termina por ser elemento que no deja de producirse. Sin embargo, el problema está en que muchos de ellos no se degradan por completo, generando esta contaminación diminuta que no tiene fin.

4. Sobreproducción de basura

Finalmente, evitar que los microplásticos lleguen a tu comida no sólo beneficia a tu organismo, sino también al impacto ambiental. Muchas veces, los alimentos se empaquetan de forma irracional. La fruta bien se puede exponer al público sin la necesidad de una cobertura plástica, sin embargo, para atender la solicitudes del mercado, suelen almacenarse rodeados de una cantidad innecesaria de plástico. Esto termina por representar una cantidad inmensa de desperdicio, que aporta al ciclo de contaminación.