La cerveza es una de las bebidas más antiguas y populares del mundo, con una rica historia que se remonta a miles de años. A lo largo de los siglos, han surgido numerosos mitos y creencias sobre esta bebida. Uno de los más intrigantes es el de la “cerveza quemada“. ¿Qué significa realmente este término y cómo afecta a la calidad y el sabor de la cerveza? En este nota, te contamos sobre aquellos mitos populares, así como realidades que contrarrestan dichas percepciones.
Por: Desiree Perea
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La idea de la cerveza quemada generalmente se refiere a una cerveza que ha sido sometida a temperaturas demasiado altas, ya sea durante el proceso de elaboración o almacenamiento e incluso, mientras se degusta. Se cree que este aumento puede alterar los compuestos químicos en la cerveza, resultando en sabores y aromas indeseados.
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A simple vista no es posible identificar si una bebida fermentada ha sufrido afectaciones. Depende completamente de las capacidades gustativas y olfativas para poder evaluar una buena o mala cerveza. La realidad también es que definir una cerveza como quemada no es un término correcto, pues no se aplica calor directo, ni tampoco se lleva a punto de ebullición.
La cerveza quemada es un término común que puede sonar alarmante, pero entender los mitos y realidades detrás de este concepto te ayudará a apreciarla mejor. Aunque el calor puede afectar la calidad, no necesariamente tiene que ver con la temperatura. A continuación, te contamos un poco más sobre lo que ese concepto realmente significa.