¿Cómo hacer yogurt fácilmente en casa?

El yogurt es un alimento nutritivo y versátil que puedes disfrutar en cualquier momento del día. Prepararlo en casa no solo es fácil, sino que también te permite controlar la calidad y cantidad de ingredientes. De esta manera, estarás asegurando un producto fresco y saludable hecho por ti mismo. En esta nota, te explicaremos cómo hacer yogurt casero de manera sencilla. Así podrás tenerlo disponible en cualquier momento.

Por: Desiree Perea

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Beneficios del yogurt que vale la pena conocer

Este ingrediente es preferido por su textura, sabor y versatilidad en que se presenta. Desde el sabor natural hasta aquellos con cereales o mermeladas frutales. El yogurt por sí solo es una excelente fuente de proteínas, calcio, vitaminas del grupo B. También presume minerales esenciales como el magnesio y el zinc.

Además, podemos sumar a estos beneficios la importante presencia de probióticos. Son microorganismos vivos que, cuando se consumen en cantidades adecuadas, ofrecen grandes beneficios para el sistema digestivo. Por ejemplo, contiene varias cepas de bacterias saludables, que ayudan a equilibrar la microbiota intestinal y mejorar la digestión.

El yogurt puede incluirse en recetas dulces o saladas. — Bowl fresco con yogurt y mermelada de zarzamora. Foto de Pixabay.com

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Por otro lado, en cuanto a los beneficios de preparar este producto lácteo en casa, podemos destacar que permite elegir ingredientes bajo tu supervisión. Desde leche orgánica, cultivos probióticos específicos y añadir el toque de azúcar perfecto. Hacer yogurt en casa es un proceso sencillo que requiere pocos ingredientes. Con esta guía, puedes comenzar a experimentar con diferentes sabores y texturas. Los únicos dos ingredientes necesarios son:

Leche
Cultivo de yogurt: Este es el iniciador que contiene las bacterias necesarias para fermentar la leche. Puedes usar un yogurt natural sin sabor como iniciador o comprar cultivos en tiendas especializadas.

1. Incorporación de ingredientes

Vierte la leche en una olla y caliéntala a fuego medio. Es importante remover constantemente para evitar que la leche se queme o se forme una nata en la superficie. La leche debe alcanzar una temperatura de 85°C. Retira la olla del fuego y deja que la leche se enfríe hasta 43-46°C. Si está demasiado caliente, puede matar las bacterias del cultivo de yogurt y deberás iniciar el proceso desde cero, puedes ayudarte de un termómetro para alimentos. Una vez que la leche se haya enfriado, añade el cultivo de yogurt. Si usas yogurt comercial, asegúrate de que contenga cultivos vivos y activos. Mezcla bien con una cuchara de madera o silicona hasta que el cultivo esté completamente disuelto en la leche.

2. Asegura una buena consistencia

Para lograr que el yogurt logre la textura y consistencia bajo la que se conoce normalmente, es necesario el proceso de fermentación para que las bacterias se activen. Una vez que la mezcla esté lista, vierte en envases de vidrio esterilizados y cúbrelos con una manta o toalla gruesa. Esto mantendrá la temperatura constante durante la fermentación. Colócalos en un lugar cálido y deja fermentar durante 6 a 12 horas. Cuanto más tiempo fermentes, más espeso y ácido será el yogurt. Una vez que el yogurt haya alcanzado la consistencia deseada, refrigéralo durante al menos 2 horas antes de consumirlo.

3. Personaliza tu receta

Una vez que hayas dominado la receta básica, puedes agregar extractos como vainilla, miel, o frutas para dar sabor al yogurt. Si deseas prepara yogurt con un sabor diferente, puedes añadir el jarabe o extracto al momento de calentar la leche. Por otro lado, si prefieres notas frutales presentes, lo mejor es añadir mermelada o cubos pequeños de fruta una vez que ya está listo el yogurt. Asimismo, es posible prepararlo con bebidas vegetales como coco, almendra o soya. Para ello, deberás agregar un espesante como agar agar y así podrás lograr la misma textura cremosa.

4. ¿Cómo guardar el yogurt casero?

El yogurt casero se puede almacenar en la nevera hasta por 1-2 semanas. Es importante mantenerlo en envases bien cerrados para evitar que absorba olores de otros alimentos en la nevera. Los cambios de temperatura durante el proceso deben ser paulatinos, para evitar un cambio drástico que puede terminar por arruinar el resultado final. Si deseas hacer más yogurt en el futuro, guarda una pequeña cantidad de tu lote actual para usarlo como iniciador. Así, puedes continuar haciendo yogurt sin necesidad de comprar cultivos nuevos cada vez.