La contaminación por plásticos se ha convertido en un problema global alarmante, afectando a ecosistemas terrestres y marinos por igual. Una de las formas menos visibles, pero más preocupantes, de esta contaminación son los microplásticos. En esta nota exploraremos qué alimentos pueden contener microplásticos, cómo llegan a ellos y qué pasos podemos tomar para minimizar nuestra exposición.
Por: Desiree Perea
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La alimentación es uno de los pilares para llevar una vida saludable. Han surgido diversas tendencias, conejos y planes que buscan dirigir la alimentación hacia un camino saludable y sostenible. Sin embargo, recientemente una amenaza latente y en aumento está atacando los alimentos: los microplásticos. Su diminuto tamaño, los convierte en un enemigo silencioso.
Una vez en el medio ambiente, los microplásticos se ingieren directamente por organismos marinos y terrestres. De esta manera, se integran de manera directa en la cadena alimentaria y por ende, terminan en nuestros platos.
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La presencia de microplásticos en los alimentos es una llamada de atención sobre los efectos de la contaminación en la salud y el medio ambiente. Si bien no podemos eliminar completamente la exposición, es posible tomar medidas conscientes para reducir el uso de plásticos. A continuación, te compartimos sobre algunos alimentos importantes que se consumen cotidianamente y que están en contacto directo con dichos contaminantes químicos.