Tierra de vinos y viñedos, de recintos majestuosos y de deliciosa gastronomía. Bienvenidos a Wiesbaden y Neroberg, en la región del Rheingau en Alemania.
La región del Rheingau, al sur del estado de Hesse, en Alemania, conjunta siglos de historia, gastronomía y cultura vitivinícola. Verdes valles cubiertos de viñedos se pierden hasta donde alcanza la mirada. Como joyas, pequeñas ciudades medievales y modernas salpican las laderas de las montañas. En el medio del valle, el río Rin protagoniza andanzas y sueños. Descubre qué hacer en Wiesbaden y Neroberg, dos joyas de esta región de ensueño.
La ciudad se encuentra a 30 minutos del aeropuerto de Frankfurt, en tren. Irradia modernidad entre construcciones históricas y aguas termales. Los romanos construyeron termas en esta área entre los siglos 6 y 15 d.C., en ese tiempo conocida como Aquae Mattiacorum. Mucho más tarde, en 1806, Wiesbaden era la capital del Ducado de Nassau -del territorio prusiano-, y poco a poco se convirtió en un destino de spa de nombre mundial. El apasionado lector que hoy desee experimentar los beneficios de las termas, debe saber que en toda la nación germana los baños son mixtos y se entra en ellos al natural.
Recorrer Wiesbaden a pie o en bicicleta es un deleite para los sentidos. Fragantes flores multicolor adornan cada banqueta. Árboles frondosos brindan sombra al peatón, mientras que los plantains sorprenden con su figura. El canto de los millones de pájaros se orquestan con el graznar de los cuervos en una sinfonía que cautiva. Los 40 jardines y parques con familias de patos nadando en los estanques son protagonistas de la vida de los habitantes de Wiesbaden, quienes disfrutan el tiempo libre sin prisa con una buena copa de Riesling en mano y un delicioso plato de espárragos locales. Estos se cosechan en mayo, convirtiéndose en la estrella de cada menú.
A este espectáculo sensorial se unen los edificios, cada uno más bello que el otro. De estilo Art Nouveau, neoclásico y Belle Époque en su mayoría, contrastan con las imponentes iglesias neogóticas de ladrillo emblemáticas de Alemania. Como la Marktkirche o Iglesia del Mercado, el principal templo protestante de Wiesbaden, construido entre 1853 y 1862 en la Schlossplatz (Plaza del Mercado). Frente a la iglesia, llama la atención la estatua “El silencioso”, en honor a Guillermo I, Príncipe de Orange.
La vida social de la ciudad tiene como centro el Kurhaus, mandado a construir por el emperador Guillermo II entre 1904 y 1907 en estilo neoclásico. Su fachada data de 1827 y es el mayor hall de Europa sostenido por pilares. Desde entonces alberga eventos durante todo el año, así como un casino precioso en donde puedes apostar en mesas o jugar maquinitas.
Fue aquí en donde el escritor ruso Fyodor Dostoyevsky perdió 300 mil rublos de oro. Para recuperarse, escribió en sólo 26 días la obra El jugador, inspirándose en Wiesbaden. Richard Wagner también era un asiduo visitante.
Otra construcción digna de admirarse, a unos metros del Kurhaus y su verde explanada, es el Hessian State Theatre, que data del año 1894.
Emocionantes ideas y ciudades para disfrutar el verano en Alemania
A unos 40 minutos de Wiesbaden en auto se encuentra la montaña Neroberg. Para llegar a ella debemos atravesar Biebrich, un encantador suburbio residencial que colinda con las márgenes del Rin. Aquí se encuentra el Palacio Biebrich, que sirvió de residencia a los duques de Nassau desde 1744 hasta 1866. Su preciosa fachada anaranjada barroca destaca contra el cielo azul, y su interior deja maravillado a quien lo recorre.
En este mismo barrio hay un gran parque, cuyos árboles sirven como hogar de varios pericos que en verano alzan el vuelo en parvadas. También se ubica la vinería y bodega Henkell & Co., especializada en sekt o vino espumoso alemán. Puedes visitarla para descubrir cómo se elabora esta fantástica bebida, copa en mano, por supuesto, y comprar algunas botellas en su tienda.
Siguiendo el camino hacia la montaña, llegamos al tranvía construido en 1888 que lleva a la cima de Neroberg. Desde entonces, opera con un sistema de tanques de agua que se llenan y vacían por la gravedad –próximamente planean electrificarlo-. En las alturas del parque, hay mucho por disfrutar.
Un bosque antiguo de gigantes árboles esconde una iglesia ortodoxa rusa fantástica, cuyas cinco cúpulas doradas resplandecen al sol. Fue comisionada en 1847 por el Duque Adolfo, como un sepulcro para su esposa, la Gran Duquesa Elizabeth Michailovna quien murió dando a luz a su segundo hijo. Si el exterior quita el aliento, el interior causa un éxtasis total y la visita a ella vale totalmente la pena.
En el parque Neroberg también se encuentra un restaurante. Recomiendo probar la carne con salsa verde de Frankfurt, un plato típico de la región, delicioso, que se prepara con ingredientes de esa ciudad.
Y a un lado está la alberca pública Opelbad, construida entre 1933 y 1934 estilo Bauhaus. La vista desde ella y la tranquilidad que se respira en el ambiente resultan idóneos para tomarse un par de horas, para después seguir el recorrido entre los tres kilómetros de bosque y un viñedo, que hoy es administrado por el estado de Hesse.
El viajero deberá también pausar para admirar la vista de Wiesbaden desde un par de miradores, como el Monopteros, una vez más, con una copa de vino en mano.
Como parte del tour, tuve la fortuna de probar un fantástico Riesling 2017 seco del Monasterio Eberbach, producido con uvas del viñedo Neroberg. El terroir rocoso, con pocas filtraciones de agua por el aire caliente que sube de la ciudad en verano y seca el terreno. También degusté la versión dulce, espectacular, cuya uva proviene de otro viñedo con suelo de cuarcita y pizarra. Ambos estaban fantásticos y sirven como un gran ejemplo de la maravilla de esta uva camaleónica y única.
Otras regiones vinícolas en el mundo
El Rheingau es una de la zonas vinícolas más importantes de Alemania. Como mencioné, el visitante se encontrará con cientos de viñedos esparcidos por todo el territorio. El terroir de cada uno de ellos varía en disposición de la altitud, la orientación, la humedad, el sol, el viento, el tipo de suelo… En casi todos ellos se cultiva uva Riesling, probablemente la más extraordinaria y compleja del mundo.
Con raíces que alcanzan hasta 15 metros, toma del terroir sus características y las replica a la perfección en una expresión de sabores y aromas totalmente distintos. El resultado son vinos Riesling de variados espectros, dependiendo del viñedo del que provenga la vid. Desde los más secos a los más dulces, pálidos o de un intenso dorado, frescos o criados en barrica, e incluso, espumosos y eisweins (vinos de hielo). Las posibilidades que ofrece esta vid son ilimitadas, permitiendo una total creatividad para los enólogos de las cientos de bodegas esparcidas por el Rheingau; y dando al apasionado de los vinos una muestra asombrosa y gozosa de interesantes expresiones de un mismo varietal.
En general, presenta una marcada acidez y mineralidad, incluso habiendo sobremaduración de las uvas. Aromas florales, de manzana verde, melocotón y cítricos que varían según el viñedo. La uva Riesling no necesita crianza en barrica -aunque muchos enólogos experimentan con ella- y tiene un bajo grado alcohólico. Aún así, produce los vinos blancos que mejor envejecen en la botella. Algunos, incluso, se expresan mejor a los 6 u 8 años, haciéndolos excelentes vinos de guarda.
La ciudad ofrece una gran variedad de restaurantes de cocina italiana y asiática. Los alemanes aman estas expresiones culinarias, y cualquier local es un acierto. También encontrarás algunos restaurantes de cocina alemana. Para vivir una experiencia auténtica, recomiendo visitar Maldaner, una cafetería emblemática de Wiesbaden que opera desde 1859. Especializada en repostería y chocolatería de altísima calidad -que además luce preciosa-, también ofrece café exquisito y platillos salados en un ambiente que nos remonta al pasado.
Para descubrir un poco de la gastronomía local, aconsejo ir al mercado. Éste se monta cada miércoles y sábado en la Plaza del Mercado, y encontrarás decenas de productores de frutas, verduras, flores, quesos y embutidos que surten las despensas de los wiesbadenses.
Otra gran idea es visitar las vinerías que pululan por la ciudad, para comprar algunos vinos. Para tomar un tour especializado, recibir orientación sobre el tema o simplemente platicar, sugiero contactar a Christian Jessen. Apasionado del vino, antes banquero, ofrece información y consejo a través de su empresa Independent Tasting. Platiqué con él y es extraordinario.
En toda la región se llevan a cabo actividades y fiestas relacionadas con el vino. En Wiesbaden, del 9 al 18 de agosto puedes disfrutar el Festival del Vino de Rheingau que reúne a alrededor de 100 viticultores que ofrecen sus aclamados vinos, así como exquisitos platos regionales. El festival de vinos de diez días incluye un variado programa de entretenimiento en las plazas de Schlossplatz y Dern’schen Gelände.
Por último, si te atreves, anímate a visitar un baño termal. Encontrarás varias piscinas, saunas y mucho más. Aunque, recuerda, es mixto y sin ropa. Las dos favoritas son la Kaiser Friedrich Therme, de estilo Art Nouveau, y la moderna Thermalbad Aukammtal. Si no te animas, al menos obtén los beneficios de las aguas termales bebiendo un poco de la Kochbrunnen: una fuente de agua natural de manantial, que brota en el centro de la ciudad.
Descubre más sobre todas las actividades que puedes realizar en la ciudad y sus alrededores en el sitio web de Wiesbaden.
Fotos por Ligia Bang