No necesitas un boleto de avión ni salir de casa para viajar con vinos. Elige una región, tus uvas favoritas y prepárate para dar una vuelta sensorial por el mundo a través de tu copa.
Por Pablo Ricalde
No es mi primera cuarentena, pero sí la más larga a la fecha. El mes pasado me resigné y recomendé a mis lectores quedarse en casa; guardar sus pasaportes y prescindir de cambios en husos horarios. Hoy, con la incongruencia que me caracteriza, les sugiero viajar con vinos. Es decir, que dejen volar su mente y sus sentidos.
La mejor manera para hacerlo es con una cava en perfecta temperatura y etiquetas bien pensadas. Apoyarse de experiencias virtuales, y llevar al paladar a degustaciones típicas del Valle de Napa, la Toscana o Bordeaux. No tener la cava perfecta, no es problema; hoy gracias a inversiones millonarias en redes y conectividad, estamos a unos cuantos clics de lograrlo, sin exponer nuestra salud y conservando siempre una correcta distancia. Mi opción de cabecera es Life Is Grape.
Pide vino a domicilio y disfruta tus etiquetas favoritas
La elección no debe ser apresurada, aunque sí exigente. A mi vista, aparece de la nada mi gran amigo de origen español Ricardo Dumas. Él es oriundo de la Ribera del Duero, origen que comparte con la morcilla, los quesos de oveja, las tortas de Aranda y el cordero de lechal. Ricardo Dumas, de Bodega Virgen de la Asunción, es de esos jóvenes que sabes tienen futuro; su aspecto es robusto con ciertos taninos dulces, características que hacen de él un obligado para este paseo virtual.
Y como el tiempo ahora está detenido, seguimos jugando con botellas y etiquetas. Por una ranura se asoma tímidamente mi buen amigo francés de Bourdeaux Thierry Lurton, o como le apodo, Blanc de Camarsac. La elegancia fresca y afrutada aderezada con aromas a cítricos y toronja, hacen de él otro invitado imprescindible. Inmediatamente encuentra su lugar en la mesa. Se sugiere darle la bienvenida con unas ostras gratinadas con queso mozzarella. Como en lo personal no soy amante de los quesos, opto por combinarlo con una trucha salmonada.
La cuarentena no es un concurso de productividad, pero tampoco un castigo. No nos debemos de martirizar al alejarnos de comer rico, de atrevernos a probar o cocinar cosas nuevas. Eso sí, siempre de la mano, de una buena rutina de funcional.
Algo faltaba en nuestra mesa. Era mi última y nos vamos. Por patriota elegí un vino mexicano: Rondo Travesí de Rondo del Valle. La última vez que nos vimos fue una tarde soleada en el Valle de San Antonio de Minas, su tierra natal. Quedé sorprendido con su color púrpura intenso con ciertos matices logrados desde su origen en Ensenada, Baja California. Una región que sin duda resaltará como opción ahora que los viajes internacionales sigan limitados.
Este mexicano accedió de la mejor manera el compartir la mesa con tan distinguidos invitados. Viajar con vinos siempre es una buena opción, ya sea en la maleta, entre viñedos o, en este caso, desde un dispositivo.
Definitivamente estoy más alegre que cuando empecé a escribir el artículo. La uva como ingrediente. La uva como placebo a la incertidumbre. Life is grape.
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