Ayer se llevó a cabo la cena maridaje previa al festival Sabor es Polanco en el restaurante El Chapulín.
Ayer se llevó a cabo la cena maridaje previa al festival Sabor es Polanco en el restaurante El Chapulín. La cena transcurrió mientras Titita recordaba sus primeros años al frente del Bajío en Azcapotzalco: el salón privado donde llegó a ir el Negro Durazo, Las luminarias que asistían y todas las anécdotas que vivió allí.
Por Alina Hernández @alinahernan
Mientras escuchábamos deleitados las anécdotas, apareció el primer platillo: un atún acompañado de mantequilla de toronja. El platillo era muy fresco. Los sabores de toronja se mezclaban armónicamente con la textura y la fortaleza del atún. Los jitomates aportaban la acidez necesaria para equilibrar el platillo.
Después, nos dieron una támala con higos, que consistió en crema de calabaza criolla y chile ahumado, higos y queso maduro. Luego llegó a nuestra mesa el pato negro, un plato que consistía en pato bañado con mole negro y plátano macho. Por último y para coronar los tiempos, nos ofrecieron un bocado dulce de limón con rosas y flores. Los platillos de la chef Josefina López, eran acompañados por varias etiquetas de Freixenet México.
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El sommelier –además de explicarnos cada vino, sus notas y su relación con los platos que nos iban sirviendo–, comentó que la gastronomía mexicana se ha ido volcando hacia la intimidad. Y justo así ocurrió la velada previa al festival. Una cena íntima en la que, callados los ajenos al pasado de Titita, escuchamos las historias de sus tantos años dedicados a la cocina.
Sin duda, este será un gran año para el festival Sabor es Polanco. ¡No faltes!