Pocos pensaríamos que la cocina francesa se lleva con los destilados mexicanos. Hace unos días comprobamos en una cena maridaje de Sabores de Francia y México en Rojo Bistrot que esto es posible.
La cocina tradicional francesa suele maridarse siempre con un buen vino. Pero, ¿sería posible hacerlo con mezcal o cerveza? Sí. Lo comprobamos con muy buen éxito en la cena Sabores de Francia y México, donde degustamos platillos franceses clásicos de Rojo Bistrot, con estupendas bebidas mexicanas.
El concepto perseguía salir un poco de lo tradicional y mostrar cómo los platos de la alta cocina francesa pueden maridarse perfectamente con un buen mezcal e, incluso, cerveza. Así nos lo compartió Liza Stiker, directora de Acuyo, una distribuidora de productos gourmet artesanales elaborados localmente por productores mexicanos.
A su lado, durante una velada estupenda, llena de camaradería y los sublimes sabores de Francia y México, confirmamos que la idea de acompañar la cocina del mundo, en este caso la francesa, con destilados mexicanos es siempre una gran idea.
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Este estilo de cerveza, inspirada en el estilo inglés, es sutil y amable como un gentleman. En cada trago la vas conociendo más. En nariz de perciben cereales, pan, levadura, caramelo y almendras tostadas.
En boca, su sabor redondo y complejo, rico en lúpulo y levadura, complementa perfectamente la caramelización y el picor de la cebolla así como el queso. Es un maridaje excepcional, que pocas veces consideraríamos. Y sin embargo, resulta un éxito.
De agave espadín madurado entre 6 y 8 años, de Matatlán, Oaxaca. En una tercera destilación, se incluye una receta secreta de doce frutas de la temporada y una pechuga de pavo. En la nariz y paladar se percibe un increíble juego de frutas que te invita a tratar de descubrir esa receta secreta. Su sabor profundo y complejo evoluciona en boca con suavidad. Aunque de potencia alcohólica notoria, su paso refinado por garganta resulta ligero. Cremoso, de final persistente y evolutivo.
El mezcal marida de maravilla con el sabor umami del queso provolone y la acidez del romanesco. Balancea también la grasa del plato, con un final cálido y redondo. ¿Quién lo hubiera pensado?
Provolone ahumado con queso y champignon empanizado
De agave Cirial silvestre -subespecie del grupo karwinskii-, sólo crece en ciertas artes de Oaxaca, sobre todo en la sierra. Su apariencia es alargada y más cilíndrica, como un cirio. Mide hasta 3 metros de altura. El maestro mezcalero utiliza agaves de 12 años de maduración.
Mezcal Sin Piedad Cirial es una bebida especial, rara y excepcional. Ganadora de una Medalla de Oro 2017 por la Academia del Mezcal y del Maguey y una de Plata en la México Selection by Concours Mondial de Bruxelles.
Su sabor es complejo y robusto, más suave en garganta. Un juego entre notas cítricas y un ligero ahumado. El final picoso resulta sorprendente, destacando de forma maravillosa la pimienta del filete que degustamos.
Esta cerveza de Corazón de Malta tiene todo el color y el aroma de una stout, pero su cuerpo es mucho más ligero. De sensación fresca en boca, con notas marcadas a chocolate, café tostado y anís. Todo el sabor con una consistencia ideal para no sentirse pesado.
A diferencia de la stout regular, la irlandesa se fermenta en roble blanco inglés y se emplea una levadura irlandesa en su elaboración. Ademas, el lúpulo se emplea bajo el método dry hopping, es decir, se añaden lúpulos secos a la cerveza en su estado de maduración.
Todo esto contribuye a crear una cerveza stout deliciosa que, por supuesto, redondeó y complementó el muy rico pastel de chocolate con maestría. El cierre perfecto para una noche engalanada por los sabores de Francia y México.
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